«CUANDO USTEDES HAYAN LEVANTADO EN ALTO AL HIJO DEL HOMBRE, ENTONCES SABRÁN QUE YO SOY» (Juan 8, 21- 30)
«Vemos, hermanos míos, cómo vamos pasando de una fiesta a otra, de una celebración a otra, de una solemnidad a otra. Ahora ha llegado aquel tiempo en que todo vuelve a comenzar, a saber, la preparación de la Pascua venerable, en la que el Señor fue inmolado. Nosotros nos alimentamos, como de un manjar de vida, y deleitamos siempre nuestra alma con la sangre preciosa de Cristo, como de una fuente; y, con todo, siempre estamos sedientos de esa sangre, siempre sentimos un ardiente deseo de recibirla. Pero nuestro Salvador está siempre a disposición de los sedientos y, por su benignidad, atrae a la celebración del gran día a los que tienen sus entrañas sedientas, según aquellas palabras suyas: El que tenga sed que venga a mí y que beba.» (San Atanasio)
Breve oración para rezar este día:
PADRE, AYUDANOS A PERSEVERAR EN EL CUMPLIMIENTO DE TU PALABRA,
PARA QUE LLEGUEMOS A LA PASCUA,
RENOVADOS EN LA FIDELIDAD A TU AMOR. AMEN.