Debemos revalorizar la importancia de los Consejos de Pastoral como expresión de la comunidad y como espacio sinodal.
Consideramos que los Consejos de Pastoral deben funcionar como tales, con sentido de corresponsabilidad, superando el clericalismo y cuidando a todos los agentes de pastoral. Tenemos que buscar ser una comunidad en salida que atiende las necesidades de las periferias y también las de sus propios miembros. Estamos llamados a generar espacios y tiempos en los que los miembros puedan renovarse, formarse, cuidando de que no se desgasten, en pos de la misión que cada uno lleva adelante. (Documento Final, Sínodo Arquidiocesano – Nº 82-83)