Los tiempos nuestros, en la iglesia y en el mundo, son muy difíciles. Por eso mismo son bien evangélicos.
Significa que «el reino de Dios está cerca» (Lc. 21,31). Es ahora cuando el cristiano verdadero «está llamado a dar razón de su esperanza» (1 Ped. 3,15).
Cardenal Pironio