Noveno día: El don de la vida comunitaria como expresión del sueño de Jesús
Oración inicial: Se enciende la vela.
Espíritu Santo que vives en el corazón de tu pueblo, y nos haces comunidad gracias a tu presencia, regálanos vivir siempre unidos entre nosotros, tal como rezo Jesús en aquella despedida, pidiendo que todos seamos uno. Enséñanos a vivir con generosidad buscando siempre primero el bien de los demás. Que tu presencia nos anime a compartir por sobre toda desunión y que sepamos ser abiertos y tolerantes para comprender y aceptar a los demás.
Para reflexionar:
El don de la vida comunitaria tampoco es uno de los siete dones tradicionales del Espíritu Santo. El cristiano es esencialmente comunitario, pero para vivir comunitariamente debemos superar las barreras del egoísmo, del individualismo y de la búsqueda de sí. Vivir en comunidad exige apertura, deseos de comunicación, tolerancia, comprensión, ponerse en el lugar del otro, salir de uno mismo y mucha generosidad. Nada de eso se logra auténticamente por un mero voluntarismo. La apertura real hacia el otro es fruto del amor genuino y desinteresado, ese rasgo que nos muestra que, evidentemente, hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios.
A cada invocación respondemos: Ven Espíritu Santo y anima nuestras comunidades
- Para que seamos como los primeros cristianos…
- Para que busquemos primero el bien de los demás…
- Para que seamos familias cristianas…
- Para que aprendamos a compartir auténticamente…
Leemos en la Biblia (para la oración personal): Hechos de los Apóstoles 2, 42-47
Gesto para acompañar la oración: Compartimos las fotos e imágenes que reflejen el camino comunitario que realizamos con la Fuerza de Espíritu Santo.
Oración final
Espíritu Santo, tenemos la asombrosa experiencia que estás siempre con nosotros y que nunca nos dejas solos.
Vivifica nuestra memoria agradecida para seguir descubriendo y aprendiendo de lo dones con los que das belleza a nuestra Iglesia Particular.
Muévenos a sentir con el Papa Francisco y con toda la Iglesia Universal para crecer en comunión, participación y misión.
Confiamos en vos.
En este Sínodo, enséñanos a escucharte, a escucharnos, a dialogar y a compartir.
En este Sínodo inspíranos para ver, sentir, pensar y obrar, de una manera nueva.
En este Sínodo anímanos a ser creativos en la Evangelización y en la Catequesis.
Amen.
Dios te Salve María, llena eres gracia…
María de Luján, esperanza de nuestro pueblo, ruega por nosotros