Tanzania: a partir de un proyecto de agua, nueva vida para las poblaciones locales.
El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral apoya los esfuerzos para garantizar el acceso al agua potable y limpia a las instituciones sanitarias católicas de todo el mundo. A través del proyecto WASH, sobre el suministro de agua, saneamiento e higiene, también pretendemos sensibilizar a la comunidad internacional para que este recurso esencial se proteja y se ponga a disposición de todos. Hoy nos centramos en un proyecto concreto en Masanga (Tanzania).
Thaddeus Jones – Ciudad del Vaticano
El acceso a agua limpia en cantidades suficientes y de forma sostenible es uno de los mayores retos a los que se enfrentan miles de millones de personas en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud calcula que 785 millones de personas no tienen garantizado el acceso al agua potable, mientras que una cuarta parte de la población mundial tiene acceso al agua, pero de fuentes contaminadas, lo que provoca la propagación de enfermedades relacionadas con el agua. El acceso al agua potable y el suministro adecuado para los centros de salud sigue siendo una de las principales preocupaciones.
El proyecto WASH
En respuesta a estos desafíos, en 2020 el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral puso en marcha un proyecto en los centros sanitarios católicos de todo el mundo para hacer frente a la emergencia que gira en torno al agua, el saneamiento y la higiene, denominado WASH (acrónimo de acceso al agua potable, el saneamiento y la higiene). A partir de encuestas específicas realizadas, el proyecto ha desarrollado estrategias y respuestas concretas para satisfacer las mayores necesidades. El proyecto continúa hoy su andadura en colaboración con diversas entidades, como Catholic Relief Services, Caritas Internationalis y Global Water 2020, para compartir y difundir conocimientos, mejores prácticas y financiación.
Sor Bibiane Bokamba con otra monja y los niños de Masanga
Un asunto de importancia primordial
La Iglesia Católica gestiona casi la mitad de las instituciones sanitarias en aquellas zonas del mundo en las que, por su pobreza o insuficiencia, la situación es más crítica, especialmente en lo que respecta a los servicios sanitarios en las zonas más remotas. El agua limpia, segura y de fácil acceso es fundamental para prestar este servicio. Sin agua limpia, jabón y saneamiento, miles de millones de pacientes, trabajadores de la salud y familias están en riesgo porque, en ciertas áreas del planeta, no hay instalaciones ni infraestructura para proporcionar una atención decente, segura y de calidad.
La hermana Bokamba con colegas y estudiantes en uno de los tanques del proyecto de agua
En la encíclica Laudato si’, el Papa Francisco recuerda cómo el agua limpia y potable representa «una cuestión de importancia primordial, porque es indispensable para la vida humana y para sostener los ecosistemas terrestres y acuáticos», además de abastecer a los propios sectores de la salud (28). Un problema «particularmente grave», añade el Pontífice, es el de «la calidad del agua a disposición de los pobres, que causa muchas muertes cada día»: entre ellas, «son frecuentes las enfermedades relacionadas con el agua, incluidas las causadas por microorganismos y productos químicos»; la disentería y el cólera, debidos a «un saneamiento y un suministro de agua inadecuados», señala, son un factor «significativo» de sufrimiento y mortalidad infantil (29).
La realidad de Masanga
Un ejemplo concreto de esta realidad nos lo cuenta la hermana Bibiane Bokamba, de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, que dirige un centro de salud y un dispensario en Masanga, una localidad remota del noroeste de Tanzania, en la frontera con Kenia.
La hermana Bokamba también dirige el centro de salud “Dream”. Se trata de un programa de salud – «Alivio de la enfermedad a través de medios excelentes y avanzados»- puesto en marcha por la Comunidad de Sant’Egidio en colaboración con la Fundación DREAM, que se ocupa esencialmente del tratamiento y la prevención del VIH/SIDA en África, pero que a lo largo de los años ha ampliado su alcance para promover la salud universal en el continente.
Estudiantes de Masanga junto a los depósitos de agua
Las instalaciones gestionadas por la hermana Bokamba son las únicas de la zona: la ciudad más cercana está a tres horas en coche. Los centros realizan unos 400 reconocimientos médicos al mes, así como atención sanitaria básica y asesoramiento a quienes lo solicitan. También hay una escuela primaria cercana. La economía en esa zona de pueblos pequeños y poco poblados se basa en gran medida en la agricultura, y la supervivencia es el principal reto para la mayoría de la gente. Hasta hace poco más de un año, la necesidad de agua era desesperada porque no había suficientes pozos ni medios para recogerla. Además, no era posible garantizarla. Pero la hermana Bokamba implicó a toda la comunidad en la mejora de las infraestructuras de agua y saneamiento, con la colaboración de varias organizaciones benéficas no gubernamentales que trabajan en este campo y en contacto con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
Un nuevo punto de acceso al agua
Nuevos pozos de agua para salvar vidas
Gracias a este compromiso, más de 50 mil personas tienen ahora acceso al agua potable, que es esencial para la atención sanitaria en los centros médicos y las instalaciones de DREAM. «Tenemos agua limpia. Construimos un pozo y compramos una cisterna para recoger el agua de lluvia, para poder almacenarla y utilizarla en momentos de necesidad», cuenta la hermana Bokamba a Vatican News. La recogida de agua de lluvia, de hecho, ayuda a superar la escasez de reservas en los meses de verano y esto no fue posible hasta que se excavó un nuevo pozo y se conectó a tres cisternas. Aunque la situación ha mejorado mucho, la hermana Bokamba aún espera poder construir nuevos pozos, porque las necesidades de la población son realmente muchas. «Necesitamos más agua. Podemos construir un pozo, como hicimos en el hospital», continúa la monja. Mientras tanto, la llegada del agua a los centros de salud y a DREAM ha salvado muchas vidas. «Nuestro hospital está ayudando a mucha gente -dice la hermana Bokamba- y cada apoyo que recibimos es realmente una gran ayuda para la población».
La hermana Bokamba y los niños de la escuela sacan agua del reservorio
(Foto 5, en Aem: Historia Laudato si – Tanzania – Pie de foto: La hermana Bokamba y los niños de la escuela sacan agua del reservorio)
El año pasado, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral publicó un documento titulado: «Aqua fons vitae – Orientaciones sobre el agua, símbolo del grito de los pobres y del grito de la Tierra». Contempla la enseñanza social de los Pontífices, las acciones de las Iglesias locales y destaca la importancia del agua como recurso esencial que debe ser protegido. La hermana Bokamba habla de ello con conocimiento de causa porque se basa en su propia experiencia y en la de las personas a cuyo servicio se ha puesto en Masanga.