HISTORIA LAUDATO SI’

Ciudad Don Bosco: jóvenes colombianos hacia una economía sostenible.

Ciudad Don Bosco de Medellín, Colombia, acoge y acompaña a cientos de menores cada año en un itinerario educativo de la entera persona, orientado fuertemente a la sostenibilidad ambiental y al respeto de la casa común, reduciendo paulatinamente la huella ecológica y favoreciendo pequeñas actividades empresariales que proporcionan parte del sustento de toda la comunidad

Cristiana Noaptes* – Venecia

Ciudad Don Bosco es una institución sin ánimo de lucro dirigida por los Salesianos en Medellín, Colombia, que trabaja por el reconocimiento de los derechos de los menores en situación de vulnerabilidad, atendiendo las necesidades de los niños, adolescentes y jóvenes en alto riesgo y promoviendo su desarrollo físico, social y espiritual a través de itinerarios familiares o comunitarios. 

La comunidad de los Salesianos que gestiona la obra centra su servicio en cinco sectores: la escuela, el inicio al trabajo, la parroquia, sociedades de producción y protección, sobre todo con respecto a los «gamines de la calle», los niños de la calle a los que se les proporciona ropa, comida, una cama para dormir y la posibilidad de acceder a cursos educativos. Los que tienen una familia detrás pueden residir en la comunidad, por regla general, durante un período de 18 meses, mientras que a los que están solos se les ofrece la posibilidad de permanecer el tiempo necesario para prepararse, entendiéndose que cada uno de ellos es libre de abandonar la comunidad en cualquier momento.

Criminalidad y heridas de guerra

Ciudad Don Bosco también realiza una importante labor de prevención en los barrios de Medellín, para evitar fenómenos graves de desviación, gracias al apoyo constante de personal especializado, charlas con las familias, organización de eventos y seguimiento de la escolarización.

Ciudad Don Bosco de Medellín vista desde arriba

Ciudad Don Bosco de Medellín vista desde arriba

Además de alojar a niños y jóvenes en condiciones de vulnerabilidad, la comunidad de Ciudad Don Bosco también pretende ayudar en un recorrido de reinserción a los excombatientes de la «guerrilla», aquellos movimientos armados que desde los años 60 llevaron a cabo un sangriento conflicto, cuyos efectos aún no han remitido del todo. Algunos de ellos empezaron a luchar de niños y arrastran problemas psicológicos, heridas de guerra y enfermedades tropicales. En este sentido, se ha puesto en marcha un programa de recuperación, denominado «Capre» (Casa de protección especializada) que supone un tipo de intervención extremadamente delicada y exigente y en el que participa un amplio grupo de profesionales: médicos, enfermeros, dentistas, nutricionistas, psicólogos, trabajadores sociales y profesores. Más de la mitad del personal que participa en esta labor de recuperación procede de los «gamines de la calle», los niños de la calle, y también se ocupa de los menores que trabajan en las minas de Amagá, una localidad al sur de Medellín, y que no tienen acceso a la escolarización. 

El mundo del trabajo

Al final de los estudios, Ciudad Don Bosco ofrece a estos jóvenes vías de reinserción en el mundo laboral, especialmente en los sectores de la mecánica, la electrónica, la moda, la cocina, la logística, la contabilidad y el marketing. Dos grandes empresas, apoyadas en un 55% por el gobierno colombiano, también forman parte de las obras gestionadas por la comunidad salesiana: una se dedica a la litografía y al diseño gráfico, mientras que la otra opera en el campo de la metalurgia. Se trata de pequeñas empresas que funcionan en plena sintonía con lo que indica la encíclica Laudato si’ del Papa Francisco, que subraya que «es imperioso promover una economía que favorezca la diversidad productiva y la creatividad empresarial» (129) para hacer fructificar los recursos locales y poner el trabajo al servicio del bien común, sosteniendo así la libertad económica de las personas.

Los niños aprenden a cultivar los huertos en Ciudad Don Bosco

Los niños aprenden a cultivar los huertos en Ciudad Don Bosco

La Laudato si’

La comunidad que gestiona Ciudad Don Bosco ha optado por hacer suyos los valores del cuidado de la casa común contenidos en la Laudato si’, haciéndolos concretos y tangibles también para los jóvenes que asisten a ella. «En el terreno donde se asienta la comunidad, explica Juan Pablo Sandoval, coordinador de proyectos y desarrollo institucional de Ciudad Don Bosco, además de los distintos edificios destinados a la hostelería y la escuela, disponemos de una amplia zona de cultivo. Gracias a la ayuda del gobierno hemos sembrado patatas, tomates y judías. Hemos conseguido plantar 6.500 árboles, la mitad de ellos aguacates, gracias a los cuales hemos reducido un 25% las emisiones de gases de efecto invernadero. También hemos puesto en marcha proyectos de mejora de la cuenca hidrográfica y de las microcuencas repartidas por las montañas y, además, hemos instalado una planta de tratamiento de aguas que permite una gestión más eficaz y una menor dispersión. Además, hemos invertido en sanitarios y otros materiales que nos permiten ahorrar y reducir el consumo de agua».

Jóvenes de la "brigada ecológica" en Ciudad Don Bosco

Jóvenes de la «brigada ecológica» en Ciudad Don Bosco

La obra salesiana en Medellín también ha concretado la Laudato si’ desarrollando proyectos de seguridad alimentaria con la plantación de una serie de pequeños huertos que proporcionan los alimentos necesarios para alimentar a más de 300 jóvenes cada día. Siguiendo las líneas programáticas indicadas por el Rector Mayor de los Salesianos, al final del vigésimo octavo capítulo general, que entre otras cosas invitan a las comunidades de todo el mundo a invertir en energías renovables, se ha desarrollado en Ciudad Don Bosco un proyecto de calentamiento de agua mediante paneles solares que reduce sustancialmente el consumo de energía y mejora considerablemente el bienestar de los numerosos jóvenes que lo frecuentan.

«En Ciudad Don Bosco, explica Robinson Álvarez, coordinador de gestión ambiental de Ciudad Don Bosco, hemos desarrollado alianzas con entes de control que nos ayudan a promover una cultura ecológica con nuestros niños y adolescentes, orientada al cuidado y protección de nuestro patrimonio ambiental». Hemos emprendido muchas acciones concretas, campañas que ayudan a nuestros jóvenes a desarrollar actividades en favor de nuestro patrimonio medioambiental, y hemos lanzado campañas para el cuidado del agua, el uso eficiente de los recursos naturales, la protección de nuestra fauna y flora, y la recogida diferenciada de residuos. De este modo, hemos establecido un centro de investigación en beneficio de nuestra juventud y hemos permitido la creación de un núcleo ecológico».

*Cube Radio – Instituto Universitario Salesiano de Venecia y Verona

«El tarro de harina no se agotará ni el frasco de aceite se vaciará, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la superficie del suelo» (Rey.17,14)

Lecturas del Domingo XXXII del Tiempo Ordinario (Ciclo 'B', 2024) –  Comunidad Católica Latina en Bangkok

LA HOMILÍA EN LA PARROQUIA

Diego – 17/11/2024

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3 MINUTOS DE RETIRO

MENSAJES DIARIOS DEL PAPA

He recibido una carta de un joven de Ucrania que escribe: “Padre, cuando recuerde nuestros mil días de sufrimiento, recuerde también los mil días de amor, porque solo el amor, la fe y la esperanza dan un verdadero sentido a las heridas”.

Cuando los niños son acogidos, amados, custodiados, tutelados, la familia está sana, la sociedad mejora, el mundo es más humano.

San Agustín decía: «Si amas la unidad, todo lo que en ella es poseído por alguien, ¡lo posees tú también!».