Ucrania: una luz que abriga a los pobres e ilumina la creación
Los frutos de la iniciativa «velas de Stritennya», llevada a cabo por la Oficina para el medio ambiente de la Iglesia greco-católica ucraniana, destinados a los pobres y desfavorecidos del país del Este europeo. Una atención que nace de la conciencia de la creación y de la exhortaciones de la Laudato si’ del Papa Francisco.
Svitlana Dukhovych – Ciudad del Vaticano
Desde el pasado mes de febrero sigue ardiendo en los hogares de los ucranianos la luz de la Candelaria que, en esta emergencia de Covid-19, gracias a las «velas de Stritennya» ha iluminado los corazones de muchos pobres cuyas condiciones han empeorado debido a las dificultades causadas por la pandemia. En Ucrania, la fiesta de la Presentación del Señor es una de las más grandes del año litúrgico, tanto para los ortodoxos como para los greco-católicos, que, siguiendo el calendario juliano, la celebran el 15 de febrero. En ucraniano esta fiesta se llama «Stritennya», que significa «encuentro» porque recuerda el acontecimiento evangélico en el que el anciano Simeón se encontró con Jesús en el Templo y lo reconoció como la luz del mundo, «luz para iluminar a las naciones». El símbolo de esta solemnidad es la vela que los fieles llevan a la iglesia para su bendición durante la Divina Liturgia: esta «vela Stritennya» se conserva en casa casi durante todo el año.
La iniciativa
La Oficina para el medio ambiente de la Iglesia greco-católica ucraniana (CGCU) puso en marcha una iniciativa titulada: «Abriga al pobre con la luz de la vela Stritennya», en cuyo marco se organizaron varios talleres sobre la fabricación de velas con cera natural. Los productos se llevaron a varias parroquias donde los fieles pudieron comprar velas y hacerlas bendecir en la fiesta de la Presentación del Señor. El dinero de las ventas se entregó al comedor para los pobres de Caritas de Ivano-Frankivsk (Ucrania occidental).
Taller para la fabricación de las velas
Al principio, participaron en estas citas los empleados de la Oficina para el medio ambiente y de las Caritas local, y después la iniciativa fue adoptada con entusiasmo por las Caritas de otras ciudades ucranianas, como Ternopil, Chernivtsi y Khmelnytskyj.
Tender la mano a los pobres
«Esta iniciativa se ha inspirado en la encíclica Laudato si’ del Papa Francisco y –explica el responsable de la Oficina para el medio ambiente del CGCU, Volodymyr Sheremeta – en la carta del Sínodo de los Obispos greco-católicos, titulada ‘Les queda una sola cosa: lo que han dado al pobre’, publicada en octubre de 2020. Gracias a esta carta, también se puso en marcha otra iniciativa a nivel nacional: ‘Alimenta al pobre’. El objetivo de nuestra acción es volver la mirada y tender la mano solidaria a los pobres, promoviendo al mismo tiempo la cultura de la responsabilidad hacia la creación». “Algunas de las velas – dice el profesor Sheremeta – han sido decoradas con flores hechas con hilos de algodón, cada una de las cuales es una decoración original del autor y permanecerá como un bello recuerdo de nuestro amor a los demás y de la ayuda a los necesitados». La decoración de otras velas incluye semillas de hibisco, que pueden plantarse, contribuyendo así a la restauración de la belleza y la armonía de nuestro mundo».
Velas decoradas
Conciencia ecológica
«Abriga al pobre con la luz de la vela Stritennya» es una de las muchas iniciativas de la Oficina para el medio ambiente, a través de la cual la Iglesia greco-católica ucraniana expresa su toma de conciencia acerca de la importancia del cuidado de la creación. Esta conciencia hunde sus raíces en las décadas de 1930 y 1940, cuando el jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana de aquella época, el metropolita Andrey Sheptytsky, instituyó áreas naturales protegidas que sucesivamente se convirtieron en el primer parque nacional de este país de Europa del Este. Ya entonces el tema de la actitud responsable hacia la naturaleza formaba parte de la pastoral. Tras el período de clandestinidad, continuando la tradición de sus predecesores, los greco-católicos ucranianos pudieron poner en práctica concreta y públicamente el Magisterio de la Iglesia católica sobre el cuidado de la creación. A través de la Oficina para el medio ambiente, fundada en 2007, la CGCU trata de promover la actitud responsable de los creyentes con respecto a la creación y cultivar la conciencia ecológica en la sociedad mediante actividades informativas y educativas y con proyectos prácticos. Precisamente esta misma oficina ha realizado la traducción de la encíclica Laudato si’ del Papa Francisco y organiza diversos eventos para darla a conocer a los fieles.
El signo concreto de la solidaridad
«‘El grito de la tierra y el grito de los pobres’ no pueden esperar más», había subrayado el Pontífice en su video mensaje para la iniciativa de la Semana Laudato si’ de 2020, con motivo del quinto aniversario de la encíclica de la que surgió el Año Especial. Sus palabras también llegaron a Ucrania. La iniciativa «Abriga al pobre con la luz de la vela de Stritennya» se convierte en un signo concreto de solidaridad con los necesitados, recordando también los dones de la creación.
Comidas del comedor de Caritas para los pobres en Ivano-Frankivsk
«Esta vela permitió devolver la esperanza a las personas que se encuentran en condiciones difíciles, mostrarles todo lo que simboliza la vela: luz, esperanza, afecto, calor», dice el director de Caritas de la archieparquía de Ivano-Frankivsk, el padre Volodymyr Chorniy. «Gracias a esta iniciativa conseguimos recaudar fondos para el comedor de los pobres de Caritas de Ivano-Frankivsk. Con este dinero podremos cubrir el coste de 2.300 comidas, lo que corresponde a ocho días de actividad de nuestro comedor al que acuden entre 300 y 350 personas cada día».
Las velas de Stritennya