Después de obispos, religiosos, familias, jóvenes, estudiantes, matrimonios, misioneros, migrantes, refugiados de guerra, este año es el propio Papa Francisco, quien escribe las meditaciones del Vía Crucis del Viernes Santo en el Coliseo de Roma.
Es la primera vez que esto sucede en el pontificado de Jorge Mario Bergoglio. «En oración con Jesús en el Vía Crucis» es el tema elegido para las reflexiones que acompañarán las catorce estaciones que recuerdan el camino de Jesús hacia el Gólgota. Un título que sugiere el carácter profundamente «meditativo» de estos textos que, como señala la Oficina de Prensa de la Santa Sede, serán, por tanto, «un acto de meditación y espiritualidad, con Jesús en el centro. Él es quien hace el camino de la Cruz y nosotros nos ponemos en camino con Él. Todo está muy centrado en lo que Jesús vive en ese momento y está claro que nos extendemos en el tema del sufrimiento…».
No habrá referencias tan directas a la actualidad, como en años anteriores, en los que participaron refugiados, víctimas de la trata o personas de países en guerra, o, el año pasado, con testimonios y diálogos tomados de los países heridos visitados por el Papa durante sus viajes apostólicos. Aunque «en este vía crucis, las conexiones son más amplias, al ser una oración, la referencia se amplía… La oración no va por categorías de personas, sino por situaciones». Ciertamente, la elección va unida al Año de la Oración que el Papa Francisco ha querido convocar como preparación al Jubileo, un acontecimiento que, como siempre ha dicho, tiene ante todo un carácter espiritual.