EL EVANGELIO DE HOY

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 8, 5-17

Al entrar en Cafarnaún, se acercó a Jesús un centurión, rogándole: «Señor, mi sirviente está en casa enfermo de parálisis y sufre terriblemente.»

Jesús le dijo: «Yo mismo iré a sanarlo.»

Pero el centurión respondió: «Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará. Porque cuando yo, que no soy más que un oficial subalterno, digo a uno de los soldados que están a mis órdenes: «Ve», él va, y a otro: «Ven», él viene; y cuando digo a mi sirviente: «Tienes que hacer esto», él lo hace.»

Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: «Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe. Por eso les digo que muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos; en cambio, los herederos del Reino serán arrojados afuera, a las tinieblas, donde habrá llantos y rechinar de dientes.»

Y Jesús dijo al centurión: «Ve, y que suceda como has creído.» Y el sirviente se sanó en ese mismo momento.

Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, encontró a la suegra de éste en cama con fiebre. Le tocó la mano y se le pasó la fiebre. Ella se levantó y se puso a servirlo.

Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados, y Él, con su palabra, expulsó a los espíritus y sanó a todos los que estaban enfermos, para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías: «Él tomó nuestras debilidades y cargó sobre sí nuestras enfermedades».

Palabra del Señor.

MENSAJES DEL PAPA LEÓN

@Pontifex_es

2/12: El Reino que Jesús viene a inaugurar es un brote, una pequeña esperanza que promete el renacimiento cuando todo parece morir. Así es anunciado el Mesías y, al venir en la pequeñez de un brote, sólo puede ser reconocido por los pequeños, por aquellos que sin grandes pretensiones saben reconocer las huellas de Dios en una historia aparentemente perdida.

1/12: El Líbano florecerá de nuevo, hermoso y vigoroso como el cedro, símbolo de la unidad y fecundidad del pueblo. La fuerza del cedro está en las raíces. Así también, las muchas cosas buenas que hoy vemos en la sociedad libanesa son el resultado del trabajo humilde, oculto y honesto de numerosas personas de buena voluntad, de tantas raíces buenas. Recurran a las raíces buenas de quienes sirven a la sociedad. ¡Sean la fuente de esperanza que el país espera!

1/12: La historia del #Líbano está tejida con páginas gloriosas, pero también marcada por heridas profundas que tardan en cicatrizar. Queridos jóvenes, quizá lamenten haber heredado un mundo desgarrado por guerras y desfigurado por injusticias sociales. Y, sin embargo, en ustedes reside una esperanza, un don, que a nosotros adultos parece escapársenos.

1/12: Esta es la misión que se mantiene inalterada a lo largo de la historia del Líbano: dar testimonio de la verdad de que cristianos, musulmanes, drusos y muchos otros pueden vivir juntos y construir un país unido por el respeto y el diálogo.

Dilexi te – Te he amado

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

REFLEXIONES VARIAS

La bendición del obispo Jorge

RETIRO DE ADVIENTO

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I SÍNODO ARQUIDIOCESANO – DOCUMENTO FINAL

3 MINUTOS DE RETIRO

INTENCIONES DEL PAPA

En la última intención de oración del año 2025, el Papa nos pide rezar «para que los cristianos que viven en contextos de guerra o de conflicto, especialmente en Oriente Medio, puedan ser semillas de paz, de reconciliación y de esperanza”.