EL EVANGELIO DE HOY

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan 6, 52-59

Los judíos discutían entre sí, diciendo: «¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?»

Jesús les respondió: «Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes.

El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida.

El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí.

Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente.»

Jesús enseñaba todo esto en la sinagoga de Cafarnaún.

Palabra del Señor.

«El secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó» (Apoc. 21,4)

LAS HERMANAS DEJESÚS POBRE, NOPODEMO SER INDIFERENTES AL SUFRIMIENTO DE LOS  HERMANOS Y HERMANAS QUE SUFREN, COMO JESÚS NOS ENSEÑA A CADA INSTANTE.

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

P. Oscar – 1/6/2025

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    I SÍNODO ARQUIDIOCESANO – DOCUMENTO FINAL

    3 MINUTOS DE RETIRO

    MENSAJES DIARIOS DEL PAPA LEÓN XIV

    1/6/2025

    Hoy, en la Jornada Mundial De Las Comunicaciones Sociales, quisiera reiterar la invitación del Papa Francisco a contar historias de esperanza y a desarmar la comunicación de todo prejuicio, rencor y fanatismo. Compartamos una mirada distinta sobre el mundo con una comunicación desarmada y desarmante.

    En la familia, la fe se transmite junto con la vida, de generación en generación: se comparte como el pan de la mesa y los afectos del corazón. Esto la convierte en un lugar privilegiado para encontrar a Jesús, que nos ama y siempre quiere nuestro bien.

    El mundo de hoy necesita la alianza conyugal para conocer y acoger el amor de Dios, y para superar, con su fuerza que une y reconcilia, las fuerzas que destruyen las relaciones y las sociedades.

    En este Jubileo de las Familias, de los Niños, de los Abuelos y de los Ancianos saludo a todas las familias, pequeñas Iglesias domésticas, en las que el Evangelio es acogido y transmitido. Que la fe, la esperanza y la caridad crezcan siempre en nuestras familias.

    INTENCIONES DEL PAPA