EL EVANGELIO DE HOY

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan 3, 13-17

Jesús dijo a Nicodemo:

«Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo.De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en él tengan Vida eterna.

Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»

Palabra del Señor.

Puede ser una imagen de una o varias personas y texto que dice "amó DIOS tanto al mundo que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en ÉL no muera sino que tenga vida eterna" Pastoral Juan 3,13-17"

«El tarro de harina no se agotará ni el frasco de aceite se vaciará, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la superficie del suelo» (Rey.17,14)

Lecturas del Domingo XXXII del Tiempo Ordinario (Ciclo 'B', 2024) –  Comunidad Católica Latina en Bangkok

LA HOMILÍA EN LA PARROQUIA

Diego – 17/11/2024

REFLEXIONES VARIAS

CÁRITAS PARROQUIAL

DÍAS Y HORARIOS

Secretaría:
Miércoles y Viernes: 15:30 a 18:00 hs
Cáritas:
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I SÍNODO ARQUIDIOCESANO – DOCUMENTO FINAL

3 MINUTOS DE RETIRO

MENSAJES DIARIOS DEL PAPA

Oremos Juntos por la paz: en la atormentada Ucrania, en Palestina, Israel, Líbano, en Myanmar, en Sudán. La guerra hace inhumanos e induce a tolerar crímenes inaceptables. Que los gobernantes escuchen el clamor de los pueblos que piden la paz.

Hago una pregunta, cada uno puede hacerse esta pregunta: ¿me privo de algo para dárselo a los pobres? Cuando doy limosna, ¿toco la mano del pobre y le miro a los ojos? Hermanos y hermanas, ¡no olvidemos que los pobres no pueden esperar!

Lo digo a la Iglesia, lo digo a los gobiernos de los Estados y a las Organizaciones internacionales, lo digo a cada uno y a todos: por favor, no nos olvidemos de los pobres.

En esta Jornada Mundial de los Pobres recordémonos que sólo en la medida en la cual servimos a los pobres la Iglesia ‘se vuelve’ ella misma, es decir, casa abierta a todos, lugar de la compasión de Dios para la vida de cada hombre.