Vamos a extrañar tu presencia permanente, tu generosidad, tu sentido de comunidad…
Pero estarás en cada una de nuestras celebraciones, en cada encuentro, sentado en el atrio esperando nuestra llegada, compartiendo las tareas en Cáritas, cocinando para el que lo necesite…
En el cielo te están recibiendo un montón de otros compañeros que también partieron, y sobre todo Jesús nuestro amigo te está diciendo «Vení bendito Fabián, a heredar el Reino que fue preparado para vos desde la creación del mundo».
Extrañaremos tu presencia física, pero nos seguís acompañando en este camino, hasta que todos nos volvamos a encontrar.