La homilía de Mons. Pedro Fournau, obispo auxiliar de Bahía Blanca, el 13 de marzo de 2025, pidiendo por el Papa Francisco en su aniversario de elección y por Bahía Blanca después de la inundación del pasado fin de semana.
(AICA) El arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Carlos Azpiroz Costa OP, presidió la misa por las víctimas del temporal que se celebró el 13 de marzo en la catedral Nuestra Señora de la Merced, con la consigna «Donde abunda el dolor, sobreabunda la solidaridad».
La Eucaristía fue concelebrada el obispo auxiliar, monseñor Pedro Fournau, quien predicó la homilía; el arzobispo emérito de Bahía Blanca, monseñor Guillermo Garlatti; y sacerdotes de parroquias de la ciudad.
Participó una multitud de fieles y autoridades, entre ellos el intendente bahiense Federico Susbielles y su esposa; y el cónsul general de España, Juan Armando Andrada – Vanderwilde Parada.
Antes de iniciar la predicación, monseñor Fournau agradeció el trabajo de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas de Seguridad y destacó la cantidad de voluntarios que están ayudando: «Sorprende la fuerza solidaria de los jóvenes. Sabemos que no están acá, porque están atendiendo la emergencia», valoró.
Tras darle la bienvenida a las imágenes peregrinas de la Virgen de Luján y San José que está uniendo todas las Cáritas del país, aclaró: «Estaba previsto que llegaran hoy, no es que las trajimos a propósito. Dios y la Virgen sabían que en estos días los íbamos a necesitar más cerca».
«Vinimos a esta misa porque tenemos una profunda necesidad. Vinimos a desahogarnos, a vernos los que sabíamos que estamos trabajando en distintos lugares. Venimos a darnos un abrazo, a consolarnos mutuamente y a tomar fuerza de la Palabra y de la Eucaristía para salir de acá y seguir sirviendo, que es lo que hemos estado haciendo hasta ahora», destacó.
«Vinimos a una misa porque necesitamos encontrarnos, porque nos une un mismo dolor y una misma catástrofe, porque nadie quedó exento de esto, como hace 15 meses. El centro está sin luz. Nadie quedó exento, todos algo perdimos», agregó.
Las enseñanzas del Papa Francisco
Monseñor Fournau expresó que, ante todo, «queremos unirnos al dolor inmenso de los que han perdido un ser querido; al inmenso dolor de los que todavía buscan» y lo contextualizó en el duodécimo aniversario del inicio del pontificado del Papa Francisco.
«Venimos porque hoy tenemos un amigo que está internado, un compatriota al que hace 12 años Dios lo llamó a ser el pastor de la Iglesia Universal. En este tiempo de la historia, venimos a rezar por el querido Papa Francisco y a pedirle a Dios que le dé fuerza y salud para seguir».
«Abunda el dolor, es grande la herida. Por eso venimos a rezar por las 16 víctimas (mortales); venimos a rezar por los que perdieron su casa; venimos a rezar por quienes perdieron con qué seguir dándole trabajo a otros y ser sostén de familia», puntualizó.
El obispo auxiliar planteó que «si queremos que la ayuda hoy y siempre llegue a la mesa de los más damnificados, tenemos que aprender como Patria a dejar de lado tantas chicanas, tantas mezquindades, tantos resentimientos» y, con un nombre propio, hizo un homenaje a todos los fallecidos.
«Nelson escuchó la Palabra, la escuchó hasta el fondo, escuchó y creyó que no hay amor más grande que dar la vida por los amigos y murió tratando de rescatar y rescató a otros, privilegiando la vida de los otros por sobre la propia. Que Dios a él, a los otros 15, a los del 16 de diciembre, a los de hace 40 años, los reciba en misericordia y que ellos intercedan para que seamos y sostengamos la solidaridad y la compasión que nos pueden hacer un solo pueblo», concluyó.+
