¿Cuál es nuestro mayor Tesoro?
El tesoro escondido no es algo material, sino que es Cristo mismo, nuestro Rey supremo. En efecto, todos los estudiosos de la Fe afirman con unanimidad que el Reino de los cielos del que Cristo nos está hablando en esta Palabra es ÉL mismo. El centro de su mensaje es su Persona. ¡Él es el único y verdadero tesoro de nuestro corazón!