SAN ANDRÉS, APÓSTOL

Sant'Andrea

El primero que recibió la llamada de Jesús

“Hemos encontrado al Mesías”. Impecable y satisfactoria alegría es la que se siente como cuando se descubre que se alcanzó la meta deseada por tanto tiempo.  Es así como se sienten las palabras de Andrés en el Evangelio de Juan, cuando corre al encuentro del hermano Simón para contarle su emoción de haber sido llamado, “el primero”, por Jesús. Pescador de Betsaida de Galilea, discípulo de Juan Bautista, Andrés reconoce en el hijo de José el carpintero, “al cordero de Dios”.  La narración del evangelista graba la hora de aquel encuentro que, ante el río Jordán, marcó para siempre su existencia: “eran casi las cuatro de la tarde”.

Dejó inmediatamente las redes y lo siguió

“Maestro ¿dónde vives?”. La respuesta de Cristo a la pregunta de Andrés  y de un compañero suyo llega pronto: “Vengan y verán”. Una invitación a la cual no es posible decir que no y que prefigure la siguiente llamada,, más explícita, que le dirige Jesús a la orilla del mar de Galilea también a Simón: “Sigánme, los haré pescadores de hombres”. Ambos quedan sacudidos, pero no dudaron, y como cuenta el evangelista Mateo, “dejaron las redes de inmediato y lo siguieron”.

Desde aquel primer cruce de miradas, espiritualmente abrumador, surge un camino de fe, una secuela de Cristo en la cotidianidad. Andrés es en efecto uno de los doce, que el Hijo de Dios escoge como amigos más íntimos. Debió de haber sido abrumador asistir a la multiplicación de los panes y los peces: incrédulo del milagro, mirando la muchedumbre hambrienta y a los cinco panes de cebada y los dos peces a disposición se pregunta ¿qué es esto para tanta gente?”.

Patrono en Rumania, Ucrania y Rusia

Jesús aumenta cada día más la fe del apóstol cuando, junto a Pedro, Santiago y Juan, los conduce al Monte de los Olivos y responde a sus preguntas sobre los signos de los últimos tiempos. Se sabe que Andrés le lleva al Mesías algunos griegos deseosos de conocerlo, pero los Evangelios no revelan otras noticias seguras al respecto. Los Hechos de los Apóstoles refieren que junto a otros compañeros se dirigió hacia Jerusalén después de la Ascensión. El resto de la narración de la vida del santo se confía a los textos no canónicos y apócrifos. “Tú serás un pilar de luz en mi reino”, le habría dicho Jesús a Andrés según un antiguo escrito copto.

Escritores cristianos de los primeros siglos refieren que el apóstol, habría evangelizado Asia menor y las regiones que atraviesa el Mar Negro, llegando hasta el Volga; en efecto hoy día es honrado como el patrono en Rumania, Ucrania y Rusia.

Mártir en la cruz  decussata

La predicación de la Buena Nueva continua incansablemente en Acacia y, cerca del año 60 en Patrasso, Andrés afronta el martirio: colgado en una cruz que él quiso en forma de  X, como para evocar la inicial griega del nombre de Cristo, antes de exhalar el último respiro, según la Leyenda Aurea, él habría pronunciado estas palabras: “Cruz, santificada del cuerpo de cristo. Cruz buena, deseada por tanto tiempo, desde siempre te he amado y deseo abrazarte. Acógeme y llévame a mi maestro”. 

«Estar circuncidado o no estarlo, no tiene ninguna importancia: lo que importa es ser una nueva criatura.» (Gal. 6,15)

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

P. Oscar – 13/7/2025

REFLEXIONES VARIAS

P. Ricardo – 6/7/2025

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MENSAJES DIARIOS DEL PAPA LEÓN XIV

10/7/2025

Para vivir eternamente no es necesario engañar a la muerte, sino servir a la vida, es decir, cuidar de la existencia de los demás en el tiempo que compartimos.

Ver sin pasar de largo, detener nuestras carreras ajetreadas, dejar que la vida del otro, sea quien sea, con sus necesidades y sufrimientos, me rompan el corazón. Esto nos hace prójimos los unos de los otros, genera una auténtica fraternidad, derriba muros y vallas.

La primera mirada de la que quiere hablarnos la parábola del buen samaritano es de aquella que Dios ha tenido hacia nosotros, para que también nosotros aprendamos a tener sus mismos ojos, llenos de amor y compasión hacia los demás.

La mirada hace la diferencia, porque expresa lo que tenemos en el corazón: se puede ver y pasar de largo o bien ver y sentir compasión.

INTENCIONES DEL PAPA

La intención de oración del Papa León XIV para julio de 2025, resalta la importancia de desarrollar la capacidad de tomar decisiones sabias y guiadas por el Espíritu Santo en un mundo cada vez más complejo.