En el mes de María nos encontramos ayer viernes 14 de noviembre para celebrar en comunidad el Sacramento de la Unción de los enfermos.
Sacramento de la fortaleza de Dios para la debilidad del hombre, ya sea del cuerpo o del alma. Signo de la fuerza «suave» de un Dios que nos acompaña en el camino de nuestra vida brindándonos su perdón, su consuelo, su paz, sanando nuestras dolencias y fortaleciendo nuestras debilidades con su inmenso amor.