- Cultiven su personalidad, transmitan con su ser un estilo, una certidumbre.
- No sucumban ante la tentación de prorratear la Verdad.
- Enseñen a amar como Jesús, muestren el esplendor de la verdad que aparece, para el que sabe ver, emergiendo en cada rincón de la naturaleza o en las obras de los hombres.
- Forjen ideas luminosas para que, apropiándoselas, orienten a los jóvenes, niños y niñas por los campos de la vida.
- Ayuden a generar lazos y vínculos con las personas y lugares, porque se crece alimentando pertenencias.
- Reconcíliense con el esfuerzo por mantenerse en pie, superando los tropiezos.
- Tengan pasión por la Verdad, el Bien y la Belleza.
- No caigan en la tentación del facilismo que los hace débiles.
- Sepan que, en una existencia sin trascendencia, las cosas se vuelven ídolos.