El Adviento es un tiempo para desear con fuerza la venida del Señor a nuestras vidas y a nuestro mundo. Tiempo de vigilancia, para descubrir los signos que Él nos envía como anunciadores de su llegada. Y no solo para reconocerlos: también para convertirnos nosotros mismos en voz que anuncia y testimonio que contagia esperanza.
Elías y Juan Bautista nos llaman a prepararnos mejor para recibir al Señor que viene: avivando la fe, confiando en su amor misericordioso y renovando nuestra caridad con los pobres. Somos llamados a aportar lo nuestro para que otros también se dispongan a su venida. Así algo se renueva en nuestra vida y en nuestra historia, hasta que se cumpla la señal anunciada por el profeta: alcanzar la Vida.



