Hoy, en el Día del Catequista, recordamos y rezamos por todas y todos ellas y ellos… las que desarrollan esa tarea en nuestra parroquia, las que pasaron por nuestra vida: en nuestra catequesis, en la de nuestros hijos o en las de nuestros nietos… Las compañeras de fe y camino, peregrinas como nosotros hacia la Casa del Padre…
Que sientan la caricia y la Palabra de Jesús como cuando dijo: «Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del reino preparado para ustedes desde la creación del mundo».