Dios no se fija en las apariencias. Lo que realmente importa es nuestra actitud y nuestras decisiones fundamentales, aquello que determina nuestros valores y opciones de vida.
“Donde está el cadáver, allí se reunirán los buitres”. Con esta expresión, un antiguo refrán que significa “por todas partes”, Jesús responde a la pregunta sobre el “dónde” del juicio.
Jesús nos invita a tomarnos en serio lo único que tenemos: la vida, y en ella, este momento presente que podemos vivir ahora. Si intentamos aferrarnos egoístamente a la vida, se nos escapa; solo compartiéndola con los demás podremos vivirla plenamente.