Carlos Manuel Otero
Párroco en Parroquia Virgen Misionera
Diócesis Merlo-Moreno
UNA CITA DE AMOR
No encuentro mejor expresión que ésta que tomo prestada de un sacerdote amigo, para referirme a lo que hemos de vivir una vez más este fin de semana en Luján, a los pies de la Virgen.
Así lo ha sido siempre, desde sus comienzos hace ya casi 400 años y desde hace 50 años atrás, cuando una intuición profética del P. Rafael Tello propuso acercar ese gesto multisecular a los jóvenes, en los albores de lo que él llamaba Movimiento Juvenil Evangelizador.
Los que tenemos ya unos años, comprendemos cabalmente cómo resonaba el Lema de esa primera Peregrinación (“La juventud peregrina a Luján por la Patria”) en aquel turbulento año de 1975. Hoy, ese lema se actualiza de un modo dramático, en este tiempo tan difícil para nuestro pueblo.
En su corazón de Madre queremos dejar nuestra vida personal con sus sueños y dificultades y también el caminar de nuestro pueblo, especialmente de los que están incluidos en ese triste porcentaje del 52 % de pobreza.
El Lema de este año dice: “Madre, bajo tu mirada buscamos la unidad” y todos no podemos sino sumarnos a ese pedido. Pero quizás debamos decirle esas otras que buscamos o que, sin darnos cuenta, corremos el riesgo ya de no buscar y que están en la raíz de la historia y cultura de nuestra Patria: la amistad social, la solidaridad, esa paz que es fruto de la justicia, una mayor igualdad de oportunidades y el empeño constante por la búsqueda del Bien Común.
Que Ella que siempre nos recibe con amor, nos enseñe una vez más a mirar con sus ojos de Magnificat nuestro tiempo presente y nos ayude a compartir como Iglesia aquello que nos dijo admirablemente hace ya muchos años Concilio Vaticano II, cuando nos recordaba que “los gozos y esperanzas, las tristezas y angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, que son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón”.
Virgencita de Luján, seguínos acompañando y recibí nuestras súplicas.
Amén.