EL EVANGELIO DE HOY

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 8, 1-11

Jesús fue al monte de los Olivos. Al amanecer volvió al Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y comenzó a enseñarles.

Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio de todos, dijeron a Jesús: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés, en la Ley, nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres. Y tú, ¿qué dices?»

Decían esto para ponerlo a prueba, a fin de poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, comenzó a escribir en el suelo con el dedo.

Como insistían, se enderezó y les dijo: «El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra.»

E inclinándose nuevamente, siguió escribiendo en el suelo.

Al oír estas palabras, todos se retiraron, uno tras otro, comenzando por los más ancianos.

Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí, e incorporándose, le preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Alguien te ha condenado?»

Ella le respondió: «Nadie, Señor.»

«Yo tampoco te condeno, le dijo Jesús. Vete, no peques más en adelante.»

Palabra del Señor.

«Tú no has querido ni has mirado con agrado los sacrificios, los holocaustos, ni los sacrificios expiatorios, a pesar de que están prescritos por la Ley.» (Heb. 10,8)

Un sacrificio eterno atraviesa la historia

LA HOMILÍA DEL P. OSCAR

Homilía  P. Oscar – 22/12/2024

REFLEXIONES VARIAS

P. Obispo Jorge Scheinig
Reflexión de Navidad – 23/12/2024

LLEGARON LAS AGENDAS

DÍAS Y HORARIOS

Secretaría:
Miércoles y Viernes: 15:30 a 18:00 hs
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I SÍNODO ARQUIDIOCESANO – DOCUMENTO FINAL

3 MINUTOS DE RETIRO

MENSAJES DIARIOS DEL PAPA

La esperanza cristiana, mientras nos invita a la paciente espera del Reino que germina y crece, exige de nosotros la audacia de anticipar hoy esta promesa, a través de nuestra responsabilidad y nuestra compasión.

La esperanza cristiana no es un final feliz que hay que esperar pasivamente; es la promesa del Señor que hemos de acoger aquí y ahora, en esta tierra que sufre y que gime.

En esta noche, la puerta de la esperanza se ha abierto de par en par al mundo; en esta noche, Dios dice a cada uno: ¡también hay esperanza para ti!

Si Dios viene, aun cuando nuestro corazón se asemeja a un pobre pesebre, entonces podemos decir: la esperanza no ha muerto, la esperanza está viva, y envuelve nuestra vida para siempre.

La Puerta Santa que se abre en la noche de #Navidad es una invitación a cumplir un pasaje, una pascua de renovación, a entrar en esa vida nueva que nos ofrece el encuentro con Cristo.