INMERSOS EN UN MAR DE ODIO, PERO ES NAVIDAD Y DEBEMOS IR MÁS ALLÁ DEL DOLOR

Vatican NewsRoberto Cetera y Antonella Palermo

Desde el corazón herido de la tierra donde nació Jesús, llega en exclusiva para Vatican News y L’Osservatore Romano el mensaje de Navidad del Patriarca Latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa.

Inmersos en un mar de odio

El pensamiento de Pizzaballa parte de la consideración del vórtice de violencia que parece apoderarse del planeta y luego se centra en lo que sucede en Tierra Santa. «Parece que el mundo entero está viviendo un momento de gran dificultad donde prevalecen la violencia, el odio, la división, los sentimientos de venganza», son sus palabras en el vídeo enviado a los medios vaticanos. El Patriarca expresa su preocupación por la situación «en el norte de Europa» y luego se centra en Oriente Medio: «Desde el 7 de octubre hemos caído en un mar de odio, resentimiento, venganza, muerte». Un odio que, precisa, «ha afectado a la sociedad israelí y ahora afecta a la sociedad palestina». Tiene en su corazón, sobre todo, lo que ocurre en Gaza, pero también piensa en «nuestra pequeña comunidad cristiana de Belén», denuncia con tristeza.

Decir sí a Dios significa abrirse a la reconciliación

Consciente de «situaciones de gran dificultad en las que cada uno está encerrado en su dolor», Pizzaballa subraya el significado inequívoco de la Navidad: «Dios viene a nosotros, se hace presente y abre nuestro corazón al encuentro con los demás, a reconocer al otro como parte importante de uno mismo». Nos lleva, por tanto, a considerar la Navidad en todo su valor desarmado e inalterado. «A pesar de toda esta gran violencia, no debemos olvidar que el mensaje de Navidad permanece, quizás en este momento incluso más importante que nunca. Dios se hace carne por amor – recuerda – y nos comunica una nueva manera de estar en el mundo que es la de dar la vida por amor, por los demás”. El estruendo de las armas no puede distraer, aclara además el cardenal Pizzaballa, del hecho de que «también es Navidad aquí en Tierra Santa, donde hay personas que dicen sí a Dios, sí a su hermano y a su hermana. ¿Por qué decir sí a Dios? -dice- significa reconocer al otro, al hermano y a la hermana. Y ellos están dispuestos a abrirse al diálogo, a decir sí a la reconciliación, sí al perdón, sí a la amistad».

Ir más allá del dolor presente y ver la obra de Dios

El Patriarca se dirige, en este día solemne, en primer lugar, a su Iglesia, pero también a cuantos escuchan este mensaje y «miran esta Tierra Santa». La invitación, dolorosa pero coherente, se expresa con el tono claro de quien se confía a la certeza de que el Señor no abandona. «Necesitamos levantar la mirada – concluye – para ir más allá del dolor actual y ver la obra de Dios realizada. Porque Jesús es verdaderamente este niño, es verdaderamente el Señor de la historia, de la historia personal de cada uno de nosotros y de la historia del mundo». Es hora, a pesar de todo, de proclamar que «nosotros lo creemos». Hoy es Navidad, anuncia el cardenal, instando a todos a hacer lo mismo. La bendición de Dios sobre todos.

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