COMPORTARSE DE ‘UNA MANERA DIGNA A LA VOCACIÓN RECIBIDA’

(AICA.org) El arzobispo de Córdoba predicó la misa en honor del beato Fray Mamerto Esquiú, en la tercera jornada del IX Encuentro Nacional de Sacerdotes que se desarrolla en Villa Cura Brochero.

Más de 600 representantes del clero de las diócesis y una veintena de obispos participan del IX Encuentro Nacional de Sacerdotes que hasta mañana se desarrolla en Villa Cura Brochero, donde hoy el arzobispo de Córdoba, cardenal electo Ángel Rossi SJ, presidió la misa en la que destacó la figura del beato Mamerto Esquiú, el fraile llamado el “Orador de la Constitución”, por su particular sermón en defensa del primer texto constitucional.

Las jornadas son organizadas por la Comisión Episcopal de Ministerios (CEMIN) a través del Secretariado para la Formación Permanente de los Presbíteros y con el lema “Llevamos un tesoro en vasijas de barro”.

En la homilía, monseñor Rossi advirtió a los sacerdotes sobre el riesgo de la mundanidad y exhortó a comportarse de “una manera digna de la vocación que han recibido, y con mucha humildad, mansedumbre y paciencia soporten por amor; conservando la unidad del espíritu, mediante el vínculo de la paz”. Lo hizo a partir de un texto de Fray Mamerto Esquiú.

“Fray Mamerto Esquiú, a quien hoy recordamos, fue alguien que pidió al pueblo argentino la unidad. Un hombre que tenía los pies sobre la tierra”, afirmó, y recordó lo que Francisco Luis Bernárdez decía de San Juan de la Cruz y que, dijo, sirve para “todos nosotros”: “Ojos altos, manos juntas, pies desnudos tocando la realidad”.

“Fray Mamerto Esquiú fue un hombre que pisó la realidad. Éste como hombre, como hombre del Evangelio, como hombre de nuestro país pedía al pueblo argentino: ‘abandonar los oscuros caminos de la división, respetando firmemente las leyes indicadas por la Constitución nacional”, señaló, y completó: “Como nos conocía, nos decía: ‘hemos destruido la monarquía; fuimos republicanos, ya sea unitarios o federales; tuvimos anarquías, gobiernos de un año, gobiernos de dos años, triunviratos, dictaduras, oligarquía; como pueblo fuimos reclamando soberanía, pero cada uno se hizo enemigo de los demás. Que el cumplimiento de la Constitución sea un ancla firme a la que esté agarrada esta nave, que ha tropezado en todos los escollos, que se ha estrellado en todas las costas y la han golpeado todos los vientos y todas las corrientes. La verdad que parece escrito ayer”, expresó.

Monseñor Rossi prosiguió recordando algo que el beato decía y que, bromeó, “casi contradice lo que estoy haciendo”, y completó: “Basta de palabras que las palabras, no han salvado la Patria”.

“Es cierto que son tiempos de gestos. Creo que parte de la dimensión profética del Papa Francisco es justamente eso, es la profecía a través de los gestos, que crean, tiene una fuerza simbólica muy fuerte. Si uno podría recorrer todo el pontificado de Francisco, también de sus palabras porque tiene un lenguaje que chusa lindo; pero sobre todo a través de los gestos”, destacó.

El arzobispo cordobés reiteró que “Mamerto tenía claro que es necesario que Él crezca y que yo desaparezca; es esta gracia  de abajamiento” y puso como ejemplo “Al Señor sentado en la Última Cena».

«El secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó» (Apoc. 21,4)

LAS HERMANAS DEJESÚS POBRE, NOPODEMO SER INDIFERENTES AL SUFRIMIENTO DE LOS  HERMANOS Y HERMANAS QUE SUFREN, COMO JESÚS NOS ENSEÑA A CADA INSTANTE.

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

P. Ricardo – 22/6/2025

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MENSAJES DIARIOS DEL PAPA LEÓN XIV

22/6/2025

Cristo es la respuesta de Dios al hambre del hombre, porque su cuerpo es el pan de la vida eterna. Cuando nos alimentamos de Jesús, pan vivo y verdadero, vivimos para Él. Ofreciéndose sin reservas, el Crucificado Resucitado se entrega a nosotros, y de este modo descubrimos que hemos sido hechos para nutrirnos de Dios.

La guerra no resuelve los problemas, sino que los amplifica y produce heridas profundas en la historia de los pueblos, que tardan generaciones en cicatrizar. Ninguna victoria armada podrá compensar el dolor de las madres, el miedo de los niños, el futuro robado. ¡Que la diplomacia haga callar las armas! ¡Que las naciones tracen su futuro con obras de paz, no con la violencia ni conflictos sangrientos!

Hoy más que nunca, la humanidad clama y pide la paz. Es un grito que exige responsabilidad y razón, y no debe ser sofocado por el estruendo de las armas ni por las palabras retóricas que incitan al conflicto. Todo miembro de la comunidad internacional tiene la responsabilidad moral de detener la tragedia de la guerra, antes de que se convierta en una vorágine irreparable. No existen conflictos “lejanos” cuando está en juego la dignidad humana.

Continúan llegando noticias alarmantes desde Oriente Medio, sobre todo desde Irán. En este escenario dramático, que incluye a Israel y Palestina, corre el riesgo de caer en el olvido el sufrimiento diario de la población, especialmente de Gaza y los demás territorios, donde la necesidad de una ayuda humanitaria adecuada es cada vez más urgente.

En la Eucaristía el Señor acoge, santifica y bendice el pan y el vino que ponemos en el altar, junto con la ofrenda de nuestra vida, y los transforma en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sacrificio de amor para la salvación del mundo. Dios se une a nosotros acogiendo con alegría lo que le presentamos y nos invita a unirnos a Él recibiendo y compartiendo con igual alegría su don de amor.

En muchos países se celebra la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Corpus Domini, y el Evangelio De Hoy narra el milagro de los panes y los peces (Lc 9,11-17). Más allá del prodigio, el milagro es un “signo”, y nos recuerda que los dones de Dios, incluso los más pequeños, crecen más cuanto más se comparten.

INTENCIONES DEL PAPA

El Papa León XIV nos invita a profundizar nuestra relación personal con Jesús y a aprender de su Corazón la compasión por el mundo.