Primer día: El don de la alegría como luz para el camino
Oración inicial: Se enciende la vela.
Espíritu Santo, que vives en el corazón de la Iglesia e iluminas nuestro rostro con la sonrisa que surge de una vida enamorada capaz de gozar de las cosas de Dios, te pedimos nos regales estar siempre alegres para iluminar en este camino sinodal la vida de tantos hermanos y hermanas que se sienten solos y desalentados. Enséñanos a vivir con alegría y que la esperanza nos empuje para superar los momentos de dolor.
Para reflexionar:
San Pablo nos insiste en estar siempre alegres en el Señor (cf. 1 Ts 5,16), convencido de que la alegría es la fuente de vitalidad capaz de contagiar a todos la belleza del camino cristiano.
Para el cristiano de hoy no es fácil ser alegre ante el sufrimiento de los demás. Son tantos los que sufren hambre, frío, desocupación, falta de vivienda, carencia de atención sanitaria, analfabetismo, violencia, depresión y tantas otras heridas. Sin embargo, la fe y la esperanza puesta en la Pascua de Jesús, que nos refala el Espíritu Santo, nos ayuda a abrazar el dolor y transformarlo, con la confianza en Dios. No es una resignación conformista ni una evasión de la realidad. Es una convicción plena en un Dios que nunca abandona y que vive en la esperanza de su pueblo.
A cada invocación respondemos: Ven Espíritu Santo y llénanos de Alegría…
- En los momentos de pesar…
- En el tiempo del dolor…
- En nuestras alegrías humanas…
- Frente a los problemas familiares…
- Para acompañar nuestro trabajo…
Leemos en la Biblia (para la oración personal): Evangelio de san Juan 14, 8-21.
Oración final
Espíritu Santo, tenemos la asombrosa experiencia que estás siempre con nosotros
y que nunca nos dejas solos.
Vivifica nuestra memoria agradecida para seguir descubriendo y aprendiendo de lo dones con los que das belleza a nuestra Iglesia Particular.
Muévenos a sentir con el Papa Francisco y con toda la Iglesia Universal para crecer en comunión, participación y misión.
Confiamos en vos.
En este Sínodo, enséñanos a escucharte, a escucharnos, a dialogar y a compartir.
En este Sínodo inspíranos para ver, sentir, pensar y obrar, de una manera nueva.
En este Sínodo anímanos a ser creativos en la Evangelización y en la Catequesis.
Amén.
Dios te Salve María, llena eres gracia…
María de Luján, esperanza de nuestro pueblo, ruega por nosotros