
El Apóstol San Juan vivió en la intimidad de Cristo, a quien conoció a orillas del Jordán. Junto a Pedro y su hermano Santiago fue testigo de su transfiguración y de su agonía. Vio morir a Jesús y lo llevó a su sepulcro. En la mañana de Pascua, ante el testimonio de las mujeres que vieron al Señor vuelto a la vida, fue con Pedro al sepulcro vacío y creyó en la resurrección del Maestro. Todo esto lo trasmitió en su Evangelio y sus cartas.