La Hora de la Madre

Santísima Virgen María Madre de la Iglesia, Crucifixión, Mostar

El dolor de María

No hay dolor más grande que el de una madre que ha perdido a su hijo. Imaginemos el dolor de María: sabía lo que tenía que pasar y aprendió a aceptarlo toda su vida, desde aquel primer sí de la Anunciación. Vio cómo todo se desarrollaba ante sus ojos con el conocimiento seguro de la fe de que su hijo es Dios, pero lo vio sufrir como cualquier otro hombre, sometido a atroces torturas y humillaciones y condenado a la pena capital. La Virgen reconoce ese dolor que Simeón le había predicho:

“Una espada te atravesará el alma”

Citando a Pablo en la Carta a los Romanos (4,18), a propósito de Abraham, el padre Toniolo escribe que María «creyó contra toda evidencia, esperó contra toda esperanza».

El sí de María

Bajo la cruz, María vuelve a pronunciar – en el silencio de su corazón – su sí incondicional. El dolor de María no es desesperado, pero sin embargo es desgarrador, porque es el dolor más puro de una madre. Pasa el sábado, ese día interminable en el que espera que todo se cumpla. Esta fuerza en la fe, esta esperanza segura, ciertamente no podía calmar su dolor. Tuvo que presenciar la agonía de su Hijo y su muerte. Lo acunó en sus brazos por última vez antes de dejar que se lo llevaran para enterrarlo. Tuvo que aceptar la separación y el vacío que cayó sobre ella. Es imposible comprender cuántos pensamientos «guardaba en su corazón» en medio del ruido de los lamentos de las piadosas mujeres y de los Apóstoles perdidos.

MENSAJES DEL PAPA LEÓN

@Pontifex_es

2/12: Elevo mi acción de gracias al Señor por haber compartido estos días con ustedes, mientras llevo en mi corazón sus sufrimientos y sus esperanzas. Sigamos adelante juntos. Y esperemos que todo el Medio Oriente -incluso quienes hoy se consideran enemigos- se comprometa en el esfuerzo por la paz y la fraternidad. Que Dios bendiga el Líbano, Oriente Medio y a toda la humanidad.

2/12: Debemos unir nuestros esfuerzos para que el Líbano pueda recuperar su esplendor. Y sólo hay una forma de hacerlo: desarmemos nuestros corazones, dejemos caer las armaduras de nuestras cerrazones étnicas y políticas, abramos nuestras confesiones religiosas al encuentro mutuo, despertemos en lo más profundo de nuestro ser el sueño de un Líbano unido, donde triunfen la paz y la justicia, donde todos puedan reconocerse hermanos y hermanas.

2/12: Me ha conmovido la breve visita al puerto de Beirut, donde una explosión devastó no sólo el lugar, sino también numerosas vidas. He rezado por todas las víctimas, y llevo conmigo el dolor y la sed de verdad y de justicia de tantas familias, de todo un país.

Dilexi te – Te he amado

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

REFLEXIONES VARIAS

La bendición del obispo Jorge

RETIRO DE ADVIENTO

AGENDA

DÍAS Y HORARIOS

Secretaría:
Miércoles y Viernes: 15:30 a 18:00 hs
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I SÍNODO ARQUIDIOCESANO – DOCUMENTO FINAL

3 MINUTOS DE RETIRO

INTENCIONES DEL PAPA

En la última intención de oración del año 2025, el Papa nos pide rezar «para que los cristianos que viven en contextos de guerra o de conflicto, especialmente en Oriente Medio, puedan ser semillas de paz, de reconciliación y de esperanza”.