“Vivimos tiempos de sufrimiento, división e incertidumbre. Pero al mismo tiempo, este momento desafiante es una oportunidad para cambiar y preparar un futuro más saludable. Con la mirada fija enJesús y contemplando los misterios luminosos, dolorosos, gozosos y gloriosos de su vida, podemos abrazar la esperanza del Reino de Dios que nos abre nuevos horizontes. Guiados por la Virgen María,que supo guardarlo todo en su corazón sufriente, unámonos en oración mientras trabajamos por el bienestar de las personas, las instituciones y el planeta”.
