“Visitemos a Cristo siempre que se presente la ocasión, alimentemos a Cristo, vistamos a Cristo, demos albergue a Cristo, honremos a Cristo, no sólo en la mesa, sino que, ya que el Señor de todo quiere misericordia y no sacrificios, démosela en la persona de los pobres y de los que están hoy echados en el polvo, para que, al salir de este mundo, nos reciban en las moradas eternas».
San Gregorio Nacianceno, siglo IV