La ley vieja, el mandamiento nuevo, todo coincide. Amar, esa es la cuestión. Amarte y amarnos, a vos y entre nosotros. Y todo reside ahí, eso es lo más importante porque es lo que más te agrada y es lo que nos hace felices a nosotros. Amar, esa es la cuestión y si no lo hacemos, te fallamos, no estamos bien, nos perdemos y entonces ni la oración tiene sentido.
Por eso la respuesta de Jesús que escuchamos este domingo. Ojala la recordemos siempre, ojala se nos haga vida.