Hola Señor, ¡Gracias por la comida del domingo, el Cuerpo y Sangre de Jesús, la mesa, el encuentro la comunión. Todo eso renueva, llena, te hace senitr fuerte, confiado, en paz.
Pero hubo elecciones y sabés que los días anteriores y posteriores son bravos. En vez de ser una fiesta de libertad, respeto y opción, es un via crucis de insultos, intolerancia con «ganadores y perdedores» como si fuera una competencia. Por eso vienen bien estas palabras. Que hable el Espíritu, que él nos inspire y seamos instrumentos de encuentro, dialogo, reconciliación, paz. Amén.