Por mi, por vos, por todos. Está bueno entender que fue por mi, es malo pensar que fue por mi solo. Lejos de todo egoísmo, la salvación está ofrecida a un pueblo que, viviendo en comunidad, celebre constantemente la dignidad de cada uno: pensado desde siempre, creado, redimido por Dios. Por mi y por todos, por nosotros. Esta es la lógica del amor de Jesús, nada que ver con la nuestra: UNICA, HERMOSA, LIBERADORA.