La pregunta que uno nunca quiere escuchar. Porque ya sé que no. Ya se que Él me dignifica y nos dignifica por su misericordia. Porque se hizo uno de nosotros para dignificarnos, elevarnos. Hay que tomar la cruz, renunciar a uno mismo… es bravo pero alguna vez ya lo hemos hecho y seguramente hemos sido felices más allá del «resultado final».
No soy digno Jesús de que entres en mi vida, en mi casa, en mi corazón, pero una palabra tuya bastará para sanarme.