APORTE DEL CLERO AL TERCER DOCUMENTO DE TRABAJO

El Clero de nuestra Arquidiócesis, compartió unos días de reflexión y trabajo, lo hizo desde el 25 al 28 de septiembre pasado en el Seminario Santo Cura de Ars.

Allí, entre otros temas, tuvieron la oportunidad de discernir sobre el tercer documento de trabajo para nuestro Sínodo arquidiocesano sobre la «Evangelización y Catequesis Hoy».

Por tal motivo, desde el equipo de Pastoral del Clero, compartimos esta carta que escribieron a los sinodales, como fruto del trabajo realizado y nos comparten su aporte a este Tercer documento de trabajo.

Nos unimos al entusiasmo y compromiso de nuestro clero en este camino que estamos transitando como Iglesia Arquidiocesana.

Mercedes, 28 de septiembre de 2023

Queridos hermanos y hermanas:

En estos días nos hemos reunido como clero, presbíteros, diáconos y algunos seminaristas junto con nuestro Arzobispo Jorge Eduardo y su auxiliar electo Mauricio Landra, para compartir el Documento de Trabajo del Sínodo. Fue un tiempo especial en el que tuvimos la oportunidad de “escuchar”: Escuchar lo que va surgiendo en el camino sinodal y escucharnos entre nosotros. Es hermoso descubrir la mirada de fe que logra ver en la realidad un horizonte esperanzador: “como discípulos de Jesús, se mira la realidad con esperanza, a la vez que se descubren en las dificultades, desafíos en los que discernir cuál es la voluntad de Dios”. Nos llena de alegría el entusiasmo que este camino genera en nuestra Iglesia y cómo nos llama a construir comunidades que anuncian la Buena Noticia con testimonios sencillos que quieren acompañar la vida de todos. Vemos que en los fundamentos de nuestra evangelización resuena el llamado de Jesús, el Amor del Padre y el impulso del Espíritu que nos pide audacia, creatividad y la “parresia” de hablar con
valentía y franqueza para reconocer el tiempo nuevo en el que vivimos, asumir los desafíos de una Evangelización contextualizada y la necesidad de una Catequesis kerigmática que siempre proclame el amor salvador de Dios.

No queremos dejar de agradecer a Dios por este impulso que nos regala, por la riqueza de la historia de nuestra evangelización y de nuestra catequesis, que ha estado marcada por tantas personas incansables en el anuncio del Evangelio. Estos días vinieron a nuestra memoria y a nuestro corazón tantos nombres de personas que se nos adelantaron en esta hermosa tarea de llevar al Señor a todos. Muchos de ellos nos anunciaron el Evangelio y nos transmitieron la alegría de evangelizar.

Queremos también agradecer por este camino que estamos andando, en el que deseamos ponernos a la escucha de lo que Dios dice a nuestra Iglesia.

Reconocemos, también, que en este camino el Señor nos invita a convertirnos. Sabemos que muchas veces nos cuesta escucharnos, darnos el tiempo, tener paciencia, acompañar procesos, salir de espacios cómodos. Como clero nos sentimos llamados a ponernos a los pies del Maestro para crecer en su servicio y animarnos, una y otra vez, a renovar nuestro seguimiento y a vivir la Vida Plena que nos ofrece.

En este camino del Sínodo y siendo parte de él, también queremos hacer nuestro aporte al discernimiento eclesial. Siguiendo el estilo del Documento lo enunciamos a modo de profesión de fe:

  • Creemos que el Padre Dios nos llama a compartir su vida, que nos ha mostrado su amor en Jesús y que nos vivifica en el Espíritu para llevar esta Noticia a todos. La evangelización tiene su origen y su fin en el Dios trinitario que es comunión de Vida.
  • Creemos en el Dios Comunión de Vida, en la que el Padre, el Hijo y el Espíritu existen en relación de amor y nos invita también a renovar nuestros vínculos a su imagen y semejanza. Es esa relación de Amor la fuente del testimonio que estamos llamados a dar en nuestras comunidades y en el anuncio evangélico: para que llame la atención de todos: “miren como se aman”.
  • Creemos que ese Amor lo celebramos en comunidad, en el Pan Eucarístico compartido, en los sacramentos de la vida cristiana, en la necesidad de alimentarnos continuamente de la Palabra de Dios. Es el amor de Dios celebrado el que nos da lafuerza y la alegría para evangelizar. Necesitamos celebrar siempre nuestra fe, esperanza y amor.
  • Creemos que, en medio de una cultura individualista, estamos llamados a sembrar comunidades que manifiesten la alegría de la comunión y que muestren que es imposible “salvarse en soledad”. La Iglesia está llamada a crear vínculos nuevos y profundos al modo de su Señor.
  • Creemos que la Iglesia está llamada a asumir el estilo sinodal y a vivir la corresponsabilidad como signo de esa comunión. En ella estamos llamados a descubrir qué nos suscita el Espíritu hoy.
  • Creemos que un testimonio que evangeliza está acompañado por gestos de caridad, de amor y de cercanía que hacen de “la Iglesia un espacio de hospitalidad para todos”.
  • Creemos que en las crisis podemos ver la fuerza de la Vida del Evangelio que anuncia la Pascua. Somos testigos de que en las crisis y en los cambios se manifiesta Dios amor y que la Vida siempre vence a la muerte.
  • Creemos que estamos llamados a descubrir en el dolor de tantos hermanos y hermanas un lugar en el que Dios se nos revela, y nos llama a hacer de nuestras comunidades espacios de acompañamiento y contención.
  • Creemos que el deseo de Dios en el corazón de nuestro pueblo muchas veces se manifiesta de forma sencilla y estamos llamados a acompañar ese deseo
  • Creemos que el flagelo de la droga, de la corrupción y de vidas que no encuentran sentido solo pueden encontrar solución en la Vida plena que brota del Evangelio. Estamos llamados a redescubrir las consecuencias comunitarias y sociales del Evangelio en corresponsabilidad con todo el pueblo de Dios.
  • Creemos que la fe nos invita a descubrir en los acontecimientos, deseos y exigencias que compartimos con nuestros hermanos, los signos de la presencia de Dios.
  • Creemos que estamos llamados como Iglesia a entrar en diálogo con los tantos actores sociales de nuestro tiempo, con los hermanos y hermanas que se dedican a los que el sistema deja al costado del camino, para aprender y discernir con ellos los problemas que golpean nuestro tiempo y buscar soluciones con la luz de la fe.
  • En la evangelización de los barrios populares, creemos que hay que partir de la fe que tiene y expresa el pueblo sencillo. Allí Dios se encuentra con los más pobres, es bueno y necesario reconocer y acompañar esa realidad que se deja ver especialmente a los pies de María de Lujan.
  • Creemos que los acontecimientos de Lujan, a 400 años del milagro, nos ayudan a descubrir el amor de Dios en la historia. Estamos llamados a mirar la Imagen del Milagro de una Madre que se quiere quedar con nosotros y a aprender de sus servidores: el negro Manuel, el cura Montalvo, Ana de Matos, el P. Salvaire, el Card. Pironio.

Sintiendo con ustedes, sintiendo con nuestra Iglesia de Mercedes-Luján a la que amamos, los saludamos fraternalmente y rezamos por todos ustedes con perseverancia e inmensa alegría y amor.

Presbíteros y Diáconos de Mercedes-Lujan

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