Deseo UNA IGLESIA LLENA DE JÓVENES, en la que puedan sentir la alegría de seguir a Jesús e incluso de consagrar sus vidas totalmente por el Reino.
Todos estos deseo y anhelos, todo, absolutamente todo, no lo alcanzamos por nuestras propias fuerzas, o por nuestros logros sinodales, por nuestra inteligencia y voluntad. Sino por la gracia de Dios, por la fuerza del Espíritu Santo que actúa en nosotros para el bien de todos.
No olvidemos entonces de rezar para pedir que “venga a nosotros en Espíritu del Señor”.
P. Obispo Jorge Eduardo
Homilía de la Peregrinación Arquidiocesana
12 de mayo de 2024