Pareciera ser que al final, todo ser humano, sea conscientemente religioso o no, sea conscientemente cristiano o no, todo ser humano, será examinado en la capacidad que tuvo de ponerse al servicio de los más frágiles, descubriendo en todo ser humano, su dignidad, su valor, lo valioso que es.
Para nosotros, que Jesús se identifique con los últimos, con los que muchas veces nosotros descartamos, la sociedad descarta, es el llamado a descubrir que nadie, absolutamente nadie, es descartable.
No se entiende en estos tiempos, llegando a esta altura del año, que se diga que la Argentina amplía derechos. No se entiende que se haya hecho una opción de vida sobre la economía y que en este tiempo volvamos a discutir, si un embrión en el seno de su madre es valioso o no, y que no se le reconozca los derechos. Que no descubra que ese embrión es humano, que no es un grupo de células. No se entiende.
Creo que es parcial la mirada cuando muchas veces se dice o es el motivo o la explicación fundamental que es una cuestión de salud pública. Sin duda que es una cuestión de salud pública, como muchas otras cuestiones que sufren las mujeres. Y los que manejan las estadísticas saben muy bien que hay cuestiones de sufrimientos y de vida de mujeres que son más urgentes, y que no se tienden a solucionar.
Es sin duda una cuestión de salud pública, pero no sólo. Es una cuestión ética, es una cuestión en la que se nos está invitando a descubrir que ese embrión tiene derechos y no se puede descartar. Es valioso porque en él hay una presencia divina, que hace que sea más humano, más humana.
En este día en que celebramos que Jesús es el Señor, estamos invitados una vez más a poner vida, alma, corazón para la defensa de todo ser humano, en todos los momentos de la vida.No seríamos coherentes, si defendemos el embrión en el seno de su madre, pero no nos animamos a defender también a tantas mujeres que son tratadas, maltratadas y descartadas, ancianos, personas pobres, presos y todos los rostros que tenemos en nuestra conciencia colectiva de personas frágiles con las que hoy el Señor se identifica.
De la homilía del Obispo Jorge en la misa de Cristo Rey, 22/11/2020