LA GUERRA QUE HAY QUE DETENER

La destrucción provocada por la guerra en Ucrania

Un año después de la invasión rusa de Ucrania, no hay indicios de que se ponga fin a un conflicto devastador. La voz del Papa Francisco en favor de la paz.

Vatican News – Andrea Torniello

Un año después de la agresión de la Federación Rusa contra Ucrania, más de diecisiete millones de personas del país agredido necesitan ayuda humanitaria, ocho millones son refugiados en el extranjero y seis millones son desplazados internos. Hay más de veinte mil víctimas civiles y unas cien mil militares en ambos frentes. Ante esta insensata destrucción en el corazón de la Europa cristiana, donde combaten soldados que comparten el mismo bautismo, una masacre que lleva a la humanidad hacia la autodestrucción a pasos cada vez más rápidos, no se puede dejar de retomar la dramática pregunta que el Sucesor de Pedro dirigió a la comunidad internacional y a cada uno de nosotros: «¿Se ha hecho todo lo posible para detener la guerra? Es difícil responder con un «sí» ante la afasia y la falta de creatividad de la diplomacia y de los organismos internacionales. Difícil responder con un «sí» ante la aceleración de la carrera armamentística y la retórica militarista del pensamiento único que estigmatiza cualquier duda sobre la escalada bélica.

El Papa Francisco ha hecho innumerables llamamientos, gritando, en sintonía con sus predecesores, su sentido «¡No a la guerra!». Es el mismo «¡Nunca más a la guerra!» que imploró San Pablo VI ante la asamblea de las Naciones Unidas el 4 de octubre de 1965, es ese «¡Nunca más a la guerra!» que gritó -mal y desgraciadamente desoído- San Juan Pablo II en el Ángelus del 16 de marzo de 2003, para evitar la vergonzosa invasión de Irak, cuyas consecuencias aún son visibles para todos después de la transformación durante muchos años de ese país en el laboratorio de todo el terrorismo fundamentalista.

El llamamiento del Papa Francisco se dirige a «quienes tienen autoridad sobre las naciones, para que se comprometan concretamente a poner fin al conflicto, alcanzar un alto el fuego e iniciar negociaciones de paz». Porque lo que «se construye sobre escombros nunca será una verdadera victoria». Y las heridas de odio y resentimiento que ha causado la barbarie de la guerra permanecerán seguramente durante más tiempo que el necesario para reconstruir Ucrania.

Frente a todo esto, el compromiso de quienes ayudan a las víctimas y acogen a los desplazados es un signo concreto de esperanza, que señala el camino de la fraternidad, de la no violencia y de la paz. Hay una sociedad civil que marcha, reza, trabaja e invoca la paz, como la que caminará esta noche de Perugia a Asís. Una sociedad civil cuya voz merece más espacio. Hay personas, creyentes o no, que piden al agresor Vladimir Putin que se detenga y a todos los gobiernos -empezando por los de los países más poderosos – que apuesten por la paz y no por la inevitabilidad de un conflicto devastador destinado a marcar cada vez más el futuro de Europa y de toda la humanidad. ¿Estamos haciendo todo lo posible para detener esta guerra?

MENSAJES DEL PAPA LEÓN


@Pontifex_es

25/12: En este día santo, abramos nuestro corazón a los hermanos y hermanas que están necesitados y sufren. Al hacerlo, lo abrimos al Niño Jesús que, con sus brazos abiertos, nos acoge y nos revela su divinidad.

25/12: Al hacerse hombre, Jesús asume sobre sí nuestra fragilidad, se identifica con cada uno de nosotros: con quienes ya no tienen nada y lo han perdido todo, con quienes padecen hambre y pobreza, con quienes huyen de su tierra en busca de un futuro en otra parte, con quienes han perdido el trabajo y con quienes lo buscan, con quienes son explotados, con quienes están en prisión y a menudo viven en condiciones inhumanas.

25/12: Al Niño de Belén imploramos paz y consuelo para las víctimas de todas las guerras que se libran en el mundo, especialmente aquellas olvidadas; y para quienes sufren a causa de la injusticia, la inestabilidad política, la persecución religiosa y el terrorismo.

25/12: Con su gracia, cada uno de nosotros puede y debe hacer lo que le corresponde para rechazar el odio, la violencia y la confrontación, y practicar el diálogo, la paz y la reconciliación.

25/12: El Hijo de Dios, por medio del cual todo fue creado, no es acogido y su cuna es un pobre comedero para animales. El Verbo eterno del Padre, que los cielos no pueden contener, ha elegido venir al mundo de esa manera. Por amor aceptó la pobreza y el rechazo y se identificó con los que son marginados y excluidos.

25/12: El Evangelio no esconde la resistencia de las tinieblas a la luz, describe el camino de la Palabra de Dios como un trayecto escabroso, diseminado de obstáculos.

Dilexi te – Te he amado

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

REFLEXIONES VARIAS

La bendición del obispo Jorge

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INTENCIONES DEL PAPA

En la última intención de oración del año 2025, el Papa nos pide rezar «para que los cristianos que viven en contextos de guerra o de conflicto, especialmente en Oriente Medio, puedan ser semillas de paz, de reconciliación y de esperanza”.