Desde el inicio de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos, el Papa Francisco insiste en la importancia de dejar actuar al protagonismo al Espíritu Santo:
“Él nos une en armonía, la armonía de todas las diferencias.
Si no hay armonía, no hay Espíritu: es Él quien la hace”.
Incluso ayudados por el ayuno de la palabra pública:
“más que la prioridad de hablar, está la prioridad de escuchar”.