EL P. PEDRO DESIGNADO OBISPO AUXILIAR DE BAHÍA BLANCA

Con mucha alegría ayer conocimos la noticia que el Papa Francisco había nombrado al P. Pedro Fournau como obispo auxiliar de su diócesis, Bahía Blanca.

Desde hace un tiempo viene desarrollando tareas de formador en nuestro Seminario de Mercedes, y por eso seguramente muchos lo conocemos, y también porque nos ha visitado en algunas fiestas de San Cayetano.

Recemos por él, y por su diócesis, para que como él mismo nos dijo, agrande su corazón y que éste sea un hogar para los hombres de este tiempo.

La noticia difundida por AICA

El Papa Francisco nombró obispo titular de Bararo y auxiliar de la arquidiócesis de Bahía Blanca al presbítero Pedro Ernesto Fournau, de 47 años y perteneciente al clero bahiense.

El arzobispo de Bahía Blanca es, desde el 12 de julio de 2017, monseñor Carlos Azpiroz Costa OP, con cuyo gobierno pastoral colaborará el nuevo obispo auxiliar.

La noticia se dio a conocer de manera simultánea en Roma y en Buenos Aires. Aquí lo hizo el nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk, a través de la agencia AICA.

«Permanezcan firmes e inconmovibles, progresando constantemente en la obra del Señor» (1 Cor. 15,58)

Gente ayudándose unos a otros a escalar una montaña al amanecer Dando la  mano y el concepto de trabajo en equipo | Foto Premium

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

P. Oscar – 9/3/2025

REFLEXIONES VARIAS

Obispo Jorge García Cuerva – 9/3/2025

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    MENSAJES DIARIOS DEL PAPA

    Pienso en las personas que, de diversos modos, están cerca de los enfermos y son para ellos un signo de la presencia del Señor. Necesitamos esto, el “milagro de la ternura” que acompaña a quien está pasando un momento difícil y lleva un poco de luz en la noche del dolor.

    En nuestras sociedades, demasiado supeditadas a la lógica del mercado y en las que todo corre el riesgo de quedar sujeto al interés, el voluntariado es signo de esperanza, porque testimonia el primado de la gratuidad, de la solidaridad y del servicio a los más necesitados.

    A veces caemos ante la tentación: todos somos pecadores. Pero la derrota no es definitiva, porque Dios nos levanta de cada caída con su perdón, infinitamente grande en el amor.

    INTENCIONES DEL PAPA