El pasado 14 de diciembre nos reunimos en la parroquia con los vecinos que trabajamos con huertas.
Fue un encuentro muy lindo donde todos compartimos nuestra experiencia, rememorando la joven historia de esta actividad en la parroquia, brindamos despidiendo el 2014 y nos auguramos la mejor de las actividades para el próximo año.
El Padre Luis se refirió a los comienzos del grupo en la primavera del 2012 cuando se realizó la primera reunión de entrega de semillas a la que concurrieron 10 personas y en la que Diego dio una pequeña charla sobre cómo encarar la huerta familiar.
Luego Luis habló también del crecimiento de este grupo de trabajo con la incorporación de nuevos integrantes, dispuestos a visitar a las familias y a acompañar en todas las tareas que se realicen.
Habló de lo importante que es esta actividad como forma de encuentro, como acercamiento a las familias, para invitarlas, motivarlas, ayudarlas, en esta tarea tan reconfortante de trabajar la tierra, para luego compartir los frutos que ella nos ofrece.
Orlando se refirió a lo actuado en el año 2014 que a pesar de ser solo el segundo año de trabajo del grupo, fue mucho más intenso que el año anterior en cuanto al número de actividades que se realizaron, a saber:- Entrega de semilla de otoño – invierno y de primavera – verano, siempre con charla a cargo de la Ing. Mónica Filippi.
- Charla sobre cultivo de ajos y entrega de semillas de ajo.
- Charla sobre cría de pollos y ponedoras y posterior entrega de animales en la parroquia.
- Viaje a la Estación Experimental Mercedes del Ministerio de Asuntos Agrarios a Curso de Poda de Frutales.
- Charla sobre el cultivo de batata y entrega de plantines de batata.
- Charla sobre el cultivo de zapallo y entrega de semillas de zapallo.
Algunas de estas actividades se realizaron en la parroquia, otras en la sede de Senasa donde trabaja la gente de Inta.
Nos acompañó en la reunión, Mónica Filippi, a quien agradecemos su permanente dedicación y disposición para estar junto a nosotros, asesorarnos y compartir la alegría de llegar hoy a 180 familias de nuestra parroquia.
Antes del brindis Diego compartió dos ideas que nos parecen muy importantes:
No nos tenemos que desanimar: Sobre todo los que recién comienzan a hacer huerta, esté fue un año difícil, llovió muchísimo, a todos les pasó de todo; se les llenó de yuyos, hubo semilla que no nació porque se apretó la tierra con tanta agua, hay caracoles para regalar, orugas, hormigas, pájaros, vaquitas que comen las hortalizas.
Hubo días de muchísimo calor y humedad insoportables para trabajar en la huerta. Hay una invasión de mosquitos y mosquitas que pican, muerden y dejan ronchas. En fin pasa de todo.
A los nuevos y a los viejos horticultores, en general se escucha en las visitas “yo no hice nada, mi huerta está muy fea” pero cuando la vemos no es así, todos tienen algo de que ponerse contentos y orgullosos.
Cada año que pase les va a salir mejor. Es solo cuestión de continuidad, de que cada uno haga su propia experiencia y de compartirla.
Por supuesto que también está la información técnica, sobre todo la brindada por INTA, que es muy completa y nosotros estamos para brindársela; pero es muy importante también la experiencia de los demás horticultores familiares. Se mencionó que en la parroquia hay huertas muy, muy lindas, prolijas y completas, producto de familias que hace años que vienen cultivándolas y esa gente generosamente se ofrece a compartir su experiencia con los nuevos horticultores.
La Huerta es un lugar de encuentro: no deberíamos pensar en la actividad de la Huerta como un simple medio para producir alimentos más baratos y así ahorrar dinero. Si es así, bienvenido sea esto, pero además, la huerta es un lugar para que los adultos mayores se sientan útiles, ocupen su tiempo, recuerden viejos tiempos cuando en todas las casas del pueblo y del campo había huerta, compartan con sus nietos sus viejos saberes olvidados que seguramente irán reapareciendo.
Allí pueden estar sin riesgo los niños, por pequeños que sean, porque planteamos una huerta sin agroquímicos; entretenidos ahora que están de vacaciones y restándole al menos un poco de tiempo a san televisor.
Allí pueden estar los adultos que todavía trabajan, sacándose un poco el stress de la vida cotidiana, como bien dijo una de las señoras presentes usando la huerta como “terapia”.
Y porque no también allí pueden estar nuestros queridos adolescentes, compartiendo algo agradable con sus familias o por lo menos tomando mate juntos.
En fin la humilde huerta nos puede quizás dar algo más que solo alimentos más baratos, está en nosotros hacer de ella un lugar de encuentro.