4. Me imagino las largas peregrinaciones y los encuentros con las personas que se iban topando por el camino. Los niños, los jóvenes, las mujeres, los ancianos, los pobres, los trabajadores, los fariseos y escribas, los soldados, los levitas y los descartados que hallaban en las orillas.
Seguramente les impactaría verlo charlar con algunos de ellos y el modo que tenía de hacerlo. Verlo poner su máxima atención y cuidado hacia esa persona concreta, su actitud de escucha, de observación. Estoy seguro que luego, Jesús les hablaría de lo que él mismo vio y escuchó y qué lo impactó de esos encuentros tan personales y emotivos.
¿Estamos atentos a los gestos, las palabras, las actitudes de cuidado de nuestros compañeros de camino hacia los hermanos que encontramos, al desarrollar las distintas actividades pastorales de la parroquia?
¿Sentimos la presencia de Jesús en ellos? ¿Conversamos con ellos de esa Presencia que descubrimos?