Vemos que nuestras sociedades sufren heridas lacerantes, como las adicciones, la trata de personas, la precariedad laboral, la pobreza, la depresión, el suicidio, la situación de calle, la violencia.
Tenemos que buscar, en la Palabra, la luz y el ánimo para hacer frente a esas situaciones.
Será necesario crear espacios de formación y de trabajo para asumir la tarea de hacer el Reino posible y presente en situaciones concretas que nos lastiman y ante las cuales muchas veces no sabemos qué hacer o cómo hacernos cargo. Estas realidades no nos son ajenas y nos sentimos llamados a no ser indiferentes.
Llevar la Palabra en nuestro testimonio nos interpela a abrir espacios donde contengamos y seamos contenidos.
4to Documento de Trabajo
1º Sínodo Arquidiocesano
Evangelización y Catequesis Hoy