7. Me imagino el andar humilde de Jesús que seguramente lo llevaría al silencio, a recogerse, a ir para adentro y a retirarse de la fama.
Me imagino el impacto que les causaría su humildad. Verían en Él otra manera de vivir el poder, sin ningún tipo de abuso, por el contrario, un poder vivido en la pura servicialidad.
Aprenderían que la vida tiene sentido en el servicio hecho en silencio, sin estridencias y de gestos concretos hacia los otros, sin búsqueda del aplauso, la notoriedad o el éxito.
Lo reconocerían como un hombre de corazón manso y puro y aprenderían de Él a ser instrumentos de la misericordia de Dios.
¿Quién es el protagonista en nuestra vida? ¿Descubrimos que hacer silencio es dejar de estar pendientes de nosotros mismos para que Dios se haga presente?
¿Cómo esperamos reconocer a Dios en nuestra vida?¿Cómo pensamos que Dios se nos mostrará? ¿Aparatosamente? ¿Sutilmente? ¿Aceptamos la libertad de Dios para aparecer como se le ocurra?