Mercedes, Sede Arzobispal, 4 de octubre de 2019.
Muy querida comunidad arquidiocesana:
Acabo de recibir la comunicación de la aceptación de mi renuncia por parte del Papa Francisco -presentada al haber cumplido 75 años de edad el pasado 22 de septiembre- y la designación de mi sucesor, Mons. Jorge Eduardo Scheinig, hasta ahora Obispo Auxiliar.
En esta carta deseo agradecer ante todo a Dios y a la Iglesia la confianza que han tenido para conmigo dándome el don del episcopado. También mi agradecimiento se dirige a todos ustedes, queridos hermanos y hermanas, los que me han acompañado, comprendido y superado con generosidad mis limitaciones.
Como ustedes, también yo he tenido en estos años momentos de alegría y de dolor. De alegría viendo como Dios actúa en su Iglesia y como los fieles han sabido servir al Reino de Dios para que se dilate en el mundo actual, tan lleno de dificultades y contradicciones.
También momentos de dolor por no saber afrontar los inconvenientes y obstáculos que se han presentado en las comunidades y en las personas. Los encomiendo a todos al Señor para que Él complete lo que yo no he podido hacer.
Quiero mencionar especialmente a los queridos sacerdotes que han cooperado durante todos estos años con su entrega generosa en las distintas comunidades y oficios que les he confiado. Gracias por tanta disponibilidad.
Ahora se inicia una nueva etapa en la Arquidiócesis pastoreada por el querido Mons. Jorge Eduardo. Sabemos de su empeño en el trabajo y de su amor a la Iglesia. Estoy seguro que podrán acompañarlo y secundarlo como lo hicieron conmigo y aún más. No me queda más que agradecer a él y a ustedes este tiempo vivido juntos.
Pido al Señor que bendiga la entrega desinteresada de todos, laicos, seminaristas, religiosos, religiosas, diáconos y presbíteros, para que Dios sea todo en todos y así se realice el proyecto del Padre para esta muy querida Iglesia de Mercedes-Luján. Les pido perdón por no haberlos acompañado como hubieran esperado.
Encomiendo el pastoreo del querido Mons. Jorge Eduardo a la valiosa intercesión de la Santísima Virgen, en sus advocaciones de la Merced, patrona de la arquidiócesis y de Luján, patrona de nuestra querida Patria.
Los abrazo en el Señor Jesús y quedo a su servicio,
+ Mons. Agustín Radrizzani