«El Espíritu Santo suscita siempre en nosotros un gran amor desinteresado por los pobres, los enfermos y los indefensos, como los niños no nacidos», dijo el Santo Padre durante la audiencia general. Subrayó que esta campana se llama «La voz de los no nacidos» y que «nos recordará la necesidad de proteger la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural»
«La bendición de la campana fue muy familiar y personal. Era visible la gran alegría del Santo Padre. El Papa, junto con los niños, dio el primer toque a la campana. Fue un gran acontecimiento, porque la cuestión de la defensa de la vida hasta la muerte natural es un problema global. Estas campanas -como subraya la Fundación ‘Życiu Tak’ [Sí a la vida]- deben ser un recordatorio del carácter sagrado de la vida en todos los países»