Apertura del Sínodo. El Papa recuerda que el Evangelio no se impone, se ofrece

El Papa preside la Santa Misa de apertura del Sínodo para la Amazonía, condena las colonizaciones, pero también recuerda a todos los misioneros que han dado la vida en defensa de la región.

Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano

Esta mañana el Papa Francisco ha lanzado un mensaje claro y directo a todos los Obispos que participarán en el Sínodo para la Amazonía: “somos obispos porque hemos recibido un don de Dios” y sin embargo, muchas veces el don de Dios “no ha sido ofrecido sino impuesto” y “ha habido colonización en vez de evangelización”. Con estas palabras el Papa Francisco arrancaba su homilía durante la Santa Misa de apertura del Sínodo para la Amazonía en la Basílica de San Pedro en el Vaticano.

Reavivar el don de Dios con humildad

Citando a Timoteo cuando dice: «Te recuerdo que reavives el don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos», Francisco ha continuado recordándoles que han recibido un Don “para ser dones”, y este Don “no se compra, no se cambia y no se vende: se recibe y se regala” pero si se aprovechan de él, “dejan de ser pastores y se convierten en funcionarios”. Es por ello que no se deben olvidar del término «siervos inútiles» expresado en el Evangelio; “una expresión – dice el Papa – que también puede significar «siervos sin beneficio»”, es decir, “que no nos esforzamos para conseguir algo útil para nosotros, sino que gratuitamente damos porque lo hemos recibido gratis”.

No a la pastoral de mantenimiento

Por otro lado, el Pontífice les ha expresado que para ser fieles a su misión, deben recordar las palabras de San Pablo cuando habla de “reavivar el Don”. Para el Papa Francisco, “reavivar” es “dar vida al fuego”, y esto significa que “el Don que han recibido es un fuego que no se alimenta por sí solo”, muere si no se mantiene vivo y si los obispos limitan sus días a una pastoral de “mantenimiento” para los que ya conocen el Evangelio de Cristo, “el don desaparece, sofocado por las cenizas de los temores y por la preocupación de defender el status quo”.

Ofrecer en vez de imponer

Hablando de este “fuego que reaviva el Don”, Francisco asegura que es “el Espíritu Santo” y no es un espíritu “cobarde”, sino “de prudencia”. En este sentido, el Papa ha aclarado que la palabra prudencia no se debe confundir con la timidez o el temor, si no que “es la virtud del pastor, que, para servir con sabiduría, sabe discernir, sensible a la novedad del Espíritu”. Además, este “fuego de Dios” no es un fuego “que se extiende y devora”, pues “cuando los pueblos y las culturas se devoran sin amor y sin respeto – dice el Papa – no es el fuego de Dios, sino del mundo”. Y es aquí cuando el Papa ha condenado todas las veces que este Don de Dios “no ha sido ofrecido sino impuesto”, y todas esas veces que “ha habido colonización en vez de evangelización”.

El Evangelio debe ser vivido y sufrido hasta el martirio

“No te avergüences del testimonio” recuerda el Papa que dijo San Pablo e invita a los Obispos a testimoniar pero también a “sufrir y vivir por el Evangelio”: “Anunciar el Evangelio es vivir el ofrecimiento, es testimoniar hasta el final, es hacerse todo para todos, es amar hasta el martirio”.  En este sentido, el Papa se ha parado un momento para agradecer a Dios por todos los “cardenales mártires” que han probado, en la vida, la cruz del martirio.

Al final de su Homilía, Francisco ha pedido a los Obispos que comiencen “mirando a Jesús Crucificado” porque desde allí “ha brotado el don que nos ha generado; desde allí ha sido infundido el Espíritu Santo que renueva”. “Muchos hermanos y hermanas en Amazonia llevan cruces pesadas y esperan la consolación liberadora del Evangelio y la caricia de amor de la Iglesia y es por ellos y con ellos que debemos caminar juntos” ha puntualizado. Antes de concluir, el Papa ha querido recordar al cardenal Hummes, quien siempre acude a los cementerios de la región para buscar la tumba de los misioneros, agradeciéndole este gesto. “Este Sínodo también es para ellos, para aquellos que están dando sus vidas ahora, para aquellos que han dedicado la propia vida” ha concluido.

«El secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó» (Apoc. 21,4)

LAS HERMANAS DEJESÚS POBRE, NOPODEMO SER INDIFERENTES AL SUFRIMIENTO DE LOS  HERMANOS Y HERMANAS QUE SUFREN, COMO JESÚS NOS ENSEÑA A CADA INSTANTE.

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

P. Ricardo – 22/6/2025

REFLEXIONES VARIAS

AGENDA

DÍAS Y HORARIOS

Secretaría:
Miércoles y Viernes: 15:30 a 18:00 hs
Cáritas:
Martes y viernes de 15:00 a 17:30 hs
Misas en la Parroquia:
Miércoles a Sábados: 18.30 hs
Domingos: 10 hs

I SÍNODO ARQUIDIOCESANO – DOCUMENTO FINAL

3 MINUTOS DE RETIRO

MENSAJES DIARIOS DEL PAPA LEÓN XIV

22/6/2025

Cristo es la respuesta de Dios al hambre del hombre, porque su cuerpo es el pan de la vida eterna. Cuando nos alimentamos de Jesús, pan vivo y verdadero, vivimos para Él. Ofreciéndose sin reservas, el Crucificado Resucitado se entrega a nosotros, y de este modo descubrimos que hemos sido hechos para nutrirnos de Dios.

La guerra no resuelve los problemas, sino que los amplifica y produce heridas profundas en la historia de los pueblos, que tardan generaciones en cicatrizar. Ninguna victoria armada podrá compensar el dolor de las madres, el miedo de los niños, el futuro robado. ¡Que la diplomacia haga callar las armas! ¡Que las naciones tracen su futuro con obras de paz, no con la violencia ni conflictos sangrientos!

Hoy más que nunca, la humanidad clama y pide la paz. Es un grito que exige responsabilidad y razón, y no debe ser sofocado por el estruendo de las armas ni por las palabras retóricas que incitan al conflicto. Todo miembro de la comunidad internacional tiene la responsabilidad moral de detener la tragedia de la guerra, antes de que se convierta en una vorágine irreparable. No existen conflictos “lejanos” cuando está en juego la dignidad humana.

Continúan llegando noticias alarmantes desde Oriente Medio, sobre todo desde Irán. En este escenario dramático, que incluye a Israel y Palestina, corre el riesgo de caer en el olvido el sufrimiento diario de la población, especialmente de Gaza y los demás territorios, donde la necesidad de una ayuda humanitaria adecuada es cada vez más urgente.

En la Eucaristía el Señor acoge, santifica y bendice el pan y el vino que ponemos en el altar, junto con la ofrenda de nuestra vida, y los transforma en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sacrificio de amor para la salvación del mundo. Dios se une a nosotros acogiendo con alegría lo que le presentamos y nos invita a unirnos a Él recibiendo y compartiendo con igual alegría su don de amor.

En muchos países se celebra la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Corpus Domini, y el Evangelio De Hoy narra el milagro de los panes y los peces (Lc 9,11-17). Más allá del prodigio, el milagro es un “signo”, y nos recuerda que los dones de Dios, incluso los más pequeños, crecen más cuanto más se comparten.

INTENCIONES DEL PAPA

El Papa León XIV nos invita a profundizar nuestra relación personal con Jesús y a aprender de su Corazón la compasión por el mundo.