El Evangelio de Marcos que hemos proclamado ilumina este momento de nuestra Iglesia Arquidiocesana. Jesús vuelve a su Padre, con la novedad de su humanidad. En Dios hay un hombre que venció la muerte y nos abrió las puertas para que tengamos la certeza que la vida es más fuerte que la muerte. De alguna manera, en Él, estamos todos nosotros.
Pero el evangelista Marcos, además nos dice, que antes de Ascender al cielo, Jesús envía a sus discípulos con el mandato de “sumergir”, es decir, bautizar a toda la creación, a todo el mundo, a todas las personas. Jesús los manda a llevar el Amor de Dios a todos lados y a cada persona. Y les asegura su compañía y la fuerza para encender al mundo con la Buena Noticia del Reino, y los invita a hacerlo sin miedos, porque su promesa es que nada, ni nadie, podrá detenerlos.
También hoy la Palabra de Dios nos habla a nosotros que somos sus discípulos y discípulas y nos invita: a caminar con esperanza, a evangelizar y a hacerlo sin miedo.
P. Obispo Jorge Eduardo
Homilía de la Peregrinación Arquidiocesana
12 de mayo de 2024