¿Por qué estamos invitados
a caminar con esperanza?
Porque Jesús está al lado de su Padre y nosotros que somos sus seguidores, sabemos que allí también esta nuestro lugar definitivo. Nuestra esperanza es que nuestra vida está orientada, tiene sentido, sabemos hacia dónde caminamos y cuál es la meta.
Es verdad que también tenemos la esperanza que las cosas cambien para bien. ¿Cómo no tenerla?
- Claro que esperamos que haya trabajo, que no tengamos un país sumergido en la pobreza, que nuestros niños y abuelos vivan con dignidad, que los jóvenes tengan oportunidades, que todos los argentinos tengan un buen pasar.
- Aún más, esperamos que no haya corrupción, que haya solidaridad, justicia social, que se trabaje por el Bien Común y que de verdad se luche contra las adicciones y el narcotráfico.
- Pero esperamos mucho más, que salgamos de la decadencia moral y ética en la que estamos, que se viva en la verdad y no en la mentira, que haya un orden justo y no de tanta injusticia, que el amor y la generosidad sean parte de la vida cotidiana y no el egoísmo y el individualismo.
P. Obispo Jorge Eduardo
Homilía de la Peregrinación Arquidiocesana
12 de mayo de 2024