ESPEREMOS CON CORAZÓN ORANTE LA CANONIZACIÓN DE MAMA ANTULA

La Comisión Ejecutiva de la CEA animó a pedir la intercesión de la futura santa, para que en la Argentina «podamos unirnos al misterio de Cristo y servir a los hermanos y hermanas» como ella lo hizo.

Texto del comunicado
Con profunda alegría hemos recibido el anuncio de la promulgación del decreto relativo al milagro atribuido a la intercesión de la beata Mama Antula, (María Antonia de Paz y Figueroa) que autorizara el Papa Francisco. 

Con este anuncio la Argentina se prepara a celebrar la canonización de su primera santa mujer, ejemplo de vida e intercesora para todos y todas. María Antonia de Paz y Figueroa, Mama Antula como la llamó el santo pueblo fiel de Dios, fue una laica que consagró su virginidad destacándose por su gran generosidad mientras peregrinaba de ciudad en ciudad por las regiones pobres del nordeste argentino promoviendo los ejercicios espirituales según el método de San Ignacio. De esta manera llegó, desde su Santiago del Estero natal, hasta el Buenos Aires colonial donde fundó la “Santa Casa de Ejercicios” que desde fines del siglo XVIII y hasta hoy es lugar de encuentro con Dios para miles de argentinas y argentinos. Por sus pasillos han pasado próceres de renombre y ciudadanos anónimos, pobres y ricos, santos y pecadores con el deseo de ser tocados por la misericordia de Dios. 

El Papa Francisco recordándola, en el Ángelus del 28 de agosto de 2016, luego de su beatificación, expresaba que: “Que su ejemplar testimonio cristiano, especialmente su apostolado en la promoción de los Ejercicios espirituales, despierte el deseo de adherirse cada vez más a Cristo y al Evangelio”. 

Invitamos a unirnos con un corazón orante y agradecido en la espera del día de la canonización, pidiendo su intercesión para que, en la Argentina, podamos unirnos al misterio de Cristo y servir a los hermanos y hermanas como Mamá Antula lo hizo

«El secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó» (Apoc. 21,4)

LAS HERMANAS DEJESÚS POBRE, NOPODEMO SER INDIFERENTES AL SUFRIMIENTO DE LOS  HERMANOS Y HERMANAS QUE SUFREN, COMO JESÚS NOS ENSEÑA A CADA INSTANTE.

REFLEXIÓN DE LA PALABRA DE ESTE FIN DE SEMANA

P. Ricardo – 22/6/2025

REFLEXIONES VARIAS

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I SÍNODO ARQUIDIOCESANO – DOCUMENTO FINAL

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MENSAJES DIARIOS DEL PAPA LEÓN XIV

22/6/2025

Cristo es la respuesta de Dios al hambre del hombre, porque su cuerpo es el pan de la vida eterna. Cuando nos alimentamos de Jesús, pan vivo y verdadero, vivimos para Él. Ofreciéndose sin reservas, el Crucificado Resucitado se entrega a nosotros, y de este modo descubrimos que hemos sido hechos para nutrirnos de Dios.

La guerra no resuelve los problemas, sino que los amplifica y produce heridas profundas en la historia de los pueblos, que tardan generaciones en cicatrizar. Ninguna victoria armada podrá compensar el dolor de las madres, el miedo de los niños, el futuro robado. ¡Que la diplomacia haga callar las armas! ¡Que las naciones tracen su futuro con obras de paz, no con la violencia ni conflictos sangrientos!

Hoy más que nunca, la humanidad clama y pide la paz. Es un grito que exige responsabilidad y razón, y no debe ser sofocado por el estruendo de las armas ni por las palabras retóricas que incitan al conflicto. Todo miembro de la comunidad internacional tiene la responsabilidad moral de detener la tragedia de la guerra, antes de que se convierta en una vorágine irreparable. No existen conflictos “lejanos” cuando está en juego la dignidad humana.

Continúan llegando noticias alarmantes desde Oriente Medio, sobre todo desde Irán. En este escenario dramático, que incluye a Israel y Palestina, corre el riesgo de caer en el olvido el sufrimiento diario de la población, especialmente de Gaza y los demás territorios, donde la necesidad de una ayuda humanitaria adecuada es cada vez más urgente.

En la Eucaristía el Señor acoge, santifica y bendice el pan y el vino que ponemos en el altar, junto con la ofrenda de nuestra vida, y los transforma en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sacrificio de amor para la salvación del mundo. Dios se une a nosotros acogiendo con alegría lo que le presentamos y nos invita a unirnos a Él recibiendo y compartiendo con igual alegría su don de amor.

En muchos países se celebra la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Corpus Domini, y el Evangelio De Hoy narra el milagro de los panes y los peces (Lc 9,11-17). Más allá del prodigio, el milagro es un “signo”, y nos recuerda que los dones de Dios, incluso los más pequeños, crecen más cuanto más se comparten.

INTENCIONES DEL PAPA

El Papa León XIV nos invita a profundizar nuestra relación personal con Jesús y a aprender de su Corazón la compasión por el mundo.