3. Me imagino cuando les hablaría de Su Padre. Seguramente lo haría con sencillez, ternura y un amor intenso y total.
Aprenderían a amar a Su Padre como Él lo amaba y a dejarse amar por el Padre como lo hacía Jesús.
Aprenderían que desde ese amor, todos los vínculos se renuevan y hay lugar para la comprensión, la paciencia, el respeto, el perdón.
Aprenderían a confiar en el Padre siempre y en toda circunstancia como lo hacía el mismo Jesús.
¿Cómo es nuestra relación con el Padre Dios? ¿Hablamos con nuestros hermanos de esa relación que nos une con Dios Padre?
En los momentos difíciles, ¿mantenemos la confianza en Dios a pesar de sentirnos invadidos por la soledad, el miedo, la duda, la desesperanza, la ira…?